lunes, 22 de agosto de 2011

Un par de ideas hacia adelante

En las semanas recientes hemos asistido al show mediático montado alrededor del juicio que los familiares de los mártires de la UCA han debido pedir en España. Ixquic ha escrito dos posts donde explica muy bien de qué va todo esto así que leála por acá (1 y 2).

Si bien el tema va perdiendo resonancia mediática cabe señalar algunas cosas interesantes. Las familiares de los militares que se fueron a esconder a la brigada de seguridad militar quieren ser una suerte de damas de blanco salvadoreñas, evocando a las homónimas de la caribeña isla donde habita el diablo, según el editorialista del EDH. Mientras, otros militares salen a defender la soberanía nacional (?) marchando en las calles rumbo a CAPRES. Alguien decía por ahí que hubiera sido interesante que aunque sea por fregar los policías les hubieran echado agua, nomás por recordarles tantito lo que ellos solían rociarles a cualquiera que osara atentar contra el orden y las buenas costumbres saliendo a expresar sus descontentos a la calle.

Simbolismos y bayuncada aparte, queda mucho por decir en el tema de la reconciliación nacional. El arreglo político de los acuerdos de paz ha demostrado hasta hoy ser un arreglo que no da más de sí porque lo escasamente alcanzado se han encargado de irlo destrozando a mazazos a lo largo de estos años. La sangre derramada, sin embargo no ha caído en vano. Gente que luche por la justicia sigue habiendo y quien se tome en serio lo de buscar cambiar la realidad se siguen encontrando. Baste ver cuanto cipote y cipota se suma a los esfuerzos que pululan aquí y allá de transformación de conflictos, de mejora de comunidades, de impulso a la convivencia.

Pienso en ellos y ellas cuando anuncian otra docena de velorios al finalizar el día. Pienso en esa posibilidad; que a pesar de estar la edad más terrible para vivir en el país, son estos cipotes y cipotas quienes nos van marcando el rumbo cuando se desperezan y comienzan a involucrarse en aquello que desde sus limitaciones, intenta cambiar en algo sus condiciones de vida.

Si, hay un gran puñado de ellos y ellas que no se suman, que se quedan estáticos o se refugian en la liviandad que tanto impulsa este sistema, que tanto gusta y se pregona por cada medio posible. Pero dejan de ser mayoría cuando encuentran al fín, entre todo algo que les enseña un sentido, un camino, una vía. El reto está en nuestras manos para construir esas vías, esos caminos y aprovechar a los que se atreven a transitarlos o mejor aún, a abrirlas por sí mismos.

El reto para nosotros, la generación intermedia, la que se va cargando del cinismo y la desesperanza en no deshacer los sueños de los que vienen tras de nosotros. Si la generación precedente se revuelca contra sí misma en una lucha interminable, nos quedará a nosotros la tarea de aprovechar los espacios que no ocupan para hacer otras bases sobre las que construir ese otro mundo tan necesario. Si ellos no escuchan, deberemos ser nosotros quienes escuchemos a estos más pequeños, antes que ellos se vuelvan contra sí mismos, antes que  destruyan los sueños que pudieron llegar a tener.



Víctor

[Va disculpar si las ideas me salen un poco inconexas, estimado/a lector/a, le he perdido costumbre a venir por acá, pero de a poquito voy volviendo]