domingo, 26 de mayo de 2019

Ernesto, 15 años

Hace 15 años te asesinaron por un celular.
Quizá te mató otro joven como vos o como yo en aquel entonces
Yo me gradué tres años después. Justo el mismo día que te mataron.

Ese día mi abuela saldría por última vez a una festividad familiar.
Ese día tu mamá, tu hermana llorarían mucho una vez más.
Ellas me escribían antes, cuando se dieron cuenta que yo te escribía una vez al año. Tus amigos, compañeros, algunos de ellos que se volvieron propios, agradecían que yo hiciera ese ejercicio y hacían un ejercicio propio.

Hoy los veo, ya casados, con hijos, a través de fotos.

Te veo a vos a través de esta foto imperfecta que edité una vez para recordarte un año más.
Esta foto donde estás eternamente joven y dormido en la orilla del Río Negro en Perquín.


Hoy estoy leyendo sobre juvenicidio, sabés. Sobre eso y la administración de las muertes desde los estados. Es otra de tantas cosas que quizá te hubiera querido pasar.

O al menos, esta foto, editada. Vos, mi joven-eterno-recuerdo.

Seguís vivo, viste.

viernes, 26 de mayo de 2017

Ernesto. 13 años sin vos.

Una publicación compartida de Víctor Castro (@animaldecueva) el


Tengo más de diez años de persignarme frente a la parada de la terminal de occidente de la ruta 44. Pido a Dios por el descanso de tu alma cuando paso por ese lugar donde te mataron.
Porque dudo que no estuvieras intentando hacer algo si estuvieras vivo.
Así que dudo que tu alma esté tranquila viendo cómo va todo.
Pido por vos.
Pido por nosotros, los que quedamos.

Ayer tuve que informar en una reunión que logramos averiguar que la mamá de un cipote que mataron, decidió llevarse su cadáver de la morgue al cementerio de una vez, sin hacer velatorio. Ella no quería tener problemas en donde vivía por hacer el velatorio a su hijo. Apenas tres o cuatro personas fueron a enterrarlo. El miedo terminó ganando al dolor.

Ese cipote tenía más o menos tu edad, era un poco más jodarria que vos, pero ya tenía días de haber decidido ponerse las pilas y cambiar. Tenía casi cuatro meses de estar trabajando y le estaba poniendo empeño al estudio desde enero. Estaba por cambiarse de trabajo a uno donde si le iban a pagar seguro social e iba poder ir a estudiar más tranquilo.

Como con vos, Tambito, Ernesto, nomás queda preguntarse qué pudo haber sido de la vida de un cipote que prometía tanto. Como con vos, también tengo que pedir por su alma. También tengo que recordarlo para recordarme porqué hago mi trabajo.

Víctor

lunes, 8 de mayo de 2017

11 años

Este ejercicio de expresión propia cumplió 11 años hace un par de días. Valga la ocasión para desempolvar un par de recuerdos.

Creo que lo he dicho en otro espacio. Lo mejor de tener blog en todo este tiempo ha sido la gente a la que llegué por él. Más allá de tener la oportunidad de escribir, de decir lo que quiero decir y que nadie más puede hacer por mi, hacer este ejercicio ha sido una oportunidad de conectarme con otra gente y crecer.

Con los tiempos el internet y sus espacios sociales se han vuelto lugares bien hostiles  y de mucho show, de mucho postureo, pero hace ratos esto fue un chance de conectar con gente a la que da gusto conocer y que de otra manera no habría podido encontrar.

Hoy parecería que cuesta un poco más generar esa conexión. En la convulsión perenne de la polarización, la profundización de la violencia como característica de nuestra interacción social y que el reconocimiento en línea se ha vuelto un fin en sí mismo, la dinámica ha ido torciéndose. De ser un lugar al que veníamos de vez en cuando,  con gusto incluso por la oportunidad de compartir, internet se ha vuelto un flujo perenne que atraviesa nuestras vidas a través de la ubicuidad de un teléfono, cosas que ahora son una necesidad y no un lujo. Y ahora da miedo venir.

Si afuera, en la calle la hostilidad y la violencia dan miedo, acá no desaparecen. Se exacerban, se adornan, se les suma la suprema ignorancia con la que acostumbramos vivir y hacemos gala de ello. Y nos inundan, nos llenan las páginas hasta el cansancio, nos atosigan hasta el punto de callar a la sensatez.

Pero quedan siempre estos pequeños espacios. Por eso vale la pena mantenerlos vivos.


domingo, 12 de febrero de 2017

Un curioso primer paso.

Me encuentro esta nota: "Interponen demanda contra dirigencia de la exguerrilla". En apariencia, es un colectivo (dicen llamarse "Víctimas del terrorismo" pero no vi a alguien que se proclamase víctima como tal de los casos que citan) que busca que se investiguen casos atribuidos a la ex guerrilla y que aparecen en el informe de la Comisión de la Verdad

Como en tantos otras cosas que ocurren paralelas a campañas mediáticas vinculadas a la ganancia electoral ["El Primer Paso"], hay muchas cosas turbias en medio de algo que en principio parece legítimo, como buscar que se aclaren casos citados en el informe.

Antes, algo de contexto extra: Si usted no sabía, con la derogación de la ley de Amnistía, se abrió la oportunidad para que - vía procesos judiciales - se investiguen abusos cometidos por el estado y la guerrilla durante el conflicto armado, documentados en el Informe de la Comisión de la Verdad, "De la locura a la esperanza" (informe que debería ser leído por todo el mundo antes del Acuerdo de paz que Cristiani tenía guardado en su casa).


¿Qué me llama la atención de la nota? 

1) En primer lugar, el grupo detrás de esas demandas, de forma pública va apuntando a miembros de la dirigencia del frente, varios de ellos no figuran entre las estructuras de mando de los grupos indiciados en el Informe de la Comisión de la Verdad en los casos citados por el mismo grupo el caso de los Marines de la Zona Rosa y el de los militares estadounidenses asesinados luego que se derribara el helicóptero en que viajaban.

Basta leer un poco el informe para ver quienes son o serían los dirigentes que aparecieron señalados. Curiosamente, no son los que figuran en los medios [LPG:  y EDH] y aún entre una de esas notas alguien alude a que con la derogación de la ley de Amnistía "se abrió la caja de Pandora".

2) Por otro lado, piden declarar de lesa humanidad casos aislados como parte de una supuesta política del Frente en tiempos de guerra. Nada en el informe apunta en ese sentido. Por contra, si se señala la práctica sistemática de desapariciones, torturas, etc. ejercidas por agentes del estado, lo que si constituye crimen de lesa humanidad [ver artículo 7 en el documento de ratificación del estatuto de Roma, donde se define este crimen]


Dos situaciones que tener en cuenta:

No era remoto esperar que algo así surgiera en el corto o mediano plazo, especialmente acercándose una nueva coyuntura electoral en el país. Cualquier estrategia suma al "primer paso". Lastimosamente, enturbia el ambiente alrededor de la necesaria búsqueda de la verdad, la legítima búsqueda de la justicia alrededor de los abusos cometidos durante la guerra, emprendida por víctimas como Rufina Amaya mucho antes de que todo se volviera materia de elecciones.

Claramente, para el país no habrá  paz sin justicia, ni justicia sin verdad. Y eso pasa porque también la ex guerrilla pase por los juzgados y de cuentas por los casos en que cometieron abusos. En el informe de la Comisión de la Verdad se narran los casos de los alcaldes, los casos a los que se refiere este colectivo que pone la demanda y otros más. Más del 90% de casos del informe vinculan a las fuerzas estatales, entre ellos los casos de masacres contra población civil. Y varios de esos casos, gravísimos y de verdadera lesa humanidad, llevan mucho más tiempo entrampados en los juzgados y el Fiscal General dijo no tener recursos para su investigación. Veremos qué ocurre con lo que pide este tri colectivo.

lunes, 13 de junio de 2016

No hay que ir muy lejos.

Es fácil agarrar distancia de la masacre en Orlando: fue en EEUU, fue un terrorista, estaba loco, fue en un lugar donde van homosexuales. Nada más equivocado.

Esa masacre está más cerca de lo que creemos: El odio está en medio de nosotros. La violencia como herramienta legítima para deshacernos de lo que nos molesta. El acceso libre e irrestricto a las armas de fuego de cualquier calibre - pisto de por medio -. La homofobia y el machismo, las maneras que aprendimos a ser hombres y a comportarnos como tales: violentos e hinchados de poder y ganas de demostrarlo de la forma más exagerada posible.

Masacres hay acá como hay allá porque existen las condiciones que facilitan que alguien decida que la vida de alguien alguien con una etiqueta que valida mi odio y mi deseo de demostrar mi poder, no debe existir más, debe ser eliminado. Las víctimas son personas que alguien usó como un medio para demostrar que su manera de ver el mundo es la correcta: aquí mando yo y los míos.

Leo esto que escribió valientemente Virginia y pienso en mi propia homofobia. En tantas bromas y burlas que he hecho y en el fondo son un poquito de odio, un poquito de ese asco que aprendí a sentir sin saber si quería sentirlo, sin saber si era justo, si era correcto asquearme porque otra persona viva plenamente y sea feliz. Me da miedo cuando noto que eso está a la base de todas nuestras violencias, porque está tan adentro, tan marcado en nuestra identidad, tan subrayado en nuestra manera de andar por esta tierra.

Me doy miedo pensando en que la distancia entre ese asesino y yo no es tan grande. Homófobo creció el, homófobo fui creciendo yo. En una sociedad desigual y violenta creció él, en una sociedad así crecí yo. Acceso a las armas tuvo él, acceso a las armas puedo tener yo. Visiones de mundo que justifican la violencia encontró él, ahí las tengo a la mano yo. 

Vaya con esto mi solidaridad con esas víctimas y las víctimas nuestras de cada día. Su sangre clama cada día por un cambio que debe empezar desde dentro de donde cultivamos ese odio, donde dejamos que perviva ese asco por el otro. 

Víctor