domingo, 31 de diciembre de 2006

¡FELIZ AÑO NUEVO, LOC@S DIAMANTES!

Quise comenzar éste post con una caricatura de Liniers. Como el blogger está de bayunco y no me sube la imagen, les dejo el enlace.

Me desaparecí una semana porque me fui de vacaciones con mi familia. Fue muy bonito, aunque siempre sale alguna que otra mancha en la pared que no deja de incomodar. Nadie dijo que sería todo miel sobre hojuelas al tener a una familia que interacciona (completa) durante escasos lapsos al día y que además está marcada por el alcoholismo de uno de sus miembros. Pero bueno, el punto es que me fui de vacaciones y el lugar se prestó para pensar sobre el año que va terminando.

En todo ese tiempo que tuve para escarolear cognitivamente sobre el año que termina, he de decir que ha sido el mejor año de mi vida. Y que creo que el año que viene será mejor aún.

Quizás nunca he comenzado con esperanzas un año nuevo, pero éste un poco sí. No es que tire campanas al vuelo, pero es que en el 2006 he crecido de una manera inusitada (cualitativamente hablando, el peso y talla es otro rollo). La segunda mitad del año (cosa que pueden corroborar en éste espacio virtual) ha estado llena de retos, tempestad, para citar esa frase que mencionaba en otro post. Y justo en esa tempestad, me he aferrado a mí mismo y he encontrado cosas grandes, como bien decía Heidegger (que e gusta ese apellido, suena bien).

Si, el año que termina acaba con una tesis en situación crítica, mi familia es cada vez más una célula que explota, no tengo novia, estoy mas gordo que hace un año, he leído menos libros que hace dos años, y qué se yo cuantas cosas más podrían verse "negativas". (ojo, que evito hablar de la situación del país, que ahi si no paro de contar entuertos)

Pero sinceramente para mi eso no pesa, porque siento que finalmente tengo control sobre mí mismo en medio de esa maraña de cosas. Quizás nunca me había sentido tan controlado en medio de mis "issues". Quizás nunca había sentido que aquí y ahora, las cosas van caminando, fluyendo poco a poco.

No sé que va a venir el año que viene. Pero sea lo que sea, que venga. Yo tengo claro hacia donde voy y si en el camino me desvío un poco, pues pronto retomaré la ruta. No siempre la linea recta es la mejor ruta para unir dos puntos separados en el espacio.

Ahora hablaba sobre ésto con unos amigos y me reflejaban que los cambios en mi han sido notables. Y eso que no han visto los que tengo planeados. Justo ahora soy lo mejor que puedo ser en éste momento de mi vida, pero creo que puedo ser mucho mejor. Creo que puedo ser más coherente con las cosas que creo, creo que puedo hacer más cosas positivas para mi y para el resto de las personas queme rodean. Vamos, soy una persona en proceso de ser, de convertirse en persona, ¡cualquier cosa es posible!

Muchas cosas buenas han pasado en mi vida, aún cuando en su momento fueron duras. Ahr que las veo hacia atrás tienen otro color. Las oscuras montañas de ayer son ahora bonitos y azulados montes en la distancia. Con el ocaso se ven hermosos.

Y muchas cosas buenas han llegado sin yo buscarlas. Ustedes que me leen con cierta frecuencia, los que aterrizan por acá por accidente "googleano", los que me buscan intencionalmente. Ustedes son una bendición de Dios en mi vida. Han contribuido a que éste año hayasido tan maravilloso. El apoyo que me han mostrado, la atención que me ha dado ha sido delicioso. Las cosas que he aprendido de ustedes, de sus blogs, de sus comentarios me han hecho crecer mucho, me han hecho disfrutar la vida desde otros puntos de vista.

Tener el blog ha sido uno de mis grandes logros del año. Tenerlos a ustedes una bendición, de esas que vienen por añadidura y que hacen que la vida sea hermosa.

Mis loco@s diamantes brillan en mis noches y en mis oraciones, y así seguirá siendo el año que viene si Diosito me lo permite.

¡¡¡FELIZ AÑO NUEVO MIS LOC@S DIAMANTES!!!

¡QUE DIOS LES LLENE DE BENDICIONES!


Con todo el cariño que corre por mis venas (que son bastantes y bien gorditas):


Victor


P.D.: De más está decir que confío en que Uds. lucharán para que éste año que viene, nuestro país y el mundo sea un mejor lugar para tod@s. Yo me les uno a esa lucha de todos los días.

domingo, 24 de diciembre de 2006

Navidad y esperanza.

Para mi la navidad siempre se vuelve estresante. En este último para de años, como soy el unico que maneja en mi casa, me toca andar de arriba para abajo en las últimas vueltas, ahora, por ejemplo: ir a dejar temprano a mi hna a casa de mis abuelos para que comience a arreglar las cosas de comer, regresar al super a traer unas ultimas cosas que se les olvidaron para hacer unos postres que van a hacer, regresar a casa y esperar que mi papá me llame para que lo vaya a recoger a un lugar de donde acabo de dejarlo, regresar a casa a ayudar en lo que se le ocurra a mi mamá (dando antes las vueltas que usualmente se dan con el: super, ir a dejar un par de regalos que compro en el super, pasar a ver que otra cosa se le va a ocurrir), irnos a Nejapa (alla viven mis abuelos maternos, con quienes pasamos las fiestas).

Ya allá usualmente ayudo en algo de la preparación de la comida (supongo que como ahora van a hacer tamales para comer mañana por la mañana, me tocará mover la masa) y a arreglar la mesa (unimos tres mesas para que quepamos tod@s los de la familia + invitados). A la hora de la cena nos reunimos toda la familia, con mis abuelos a la cabeza y me piden que haga la oración para agradecer los alimentos y acto seguido, el brindis (esto lo solia hacer mi abuelo, pero ya van varios años en que lo hago yo). Usualmente en ambas cosas recuerdo a la familia que no esta con nosotros, agradezco por que nos encontramos todos reunidos un año más y que tenemos la bendición de tener pan en nuestra mesa, y el privilegio de tener trabajo para proveernos de esa comida, recuerdo a quienes no tienen nada que comer, pido por la unión familiar, etc. El brindis lo inicio yo, y luego siguemi abuelo, mi papá, mi abuelo, mi mamá y alguna que otra de mis primas.

Sirven la comida, comemos, luego nos quedamos platicando en la mesa, hasta que dan el toque de campanas para la misa (a eso de las 9:40 PM), todo el mundo se va para la parroquia, en casa nos quedamos mi abuelo, a veces mi papá y yo. Mi abuelo me deja a la mano su arma "por cualquier cosa" y el se va a dormir. Me pongo a ver tele, o a escribir cosas, a leer, oir musica, hablar por teléfono (cuando tenia novia hacia esto); la misa termina como a las 11:30, llegan tod@s los que andaban allá.

Antes de que lleguen, mi abuelo o yo (el año pasado lo hice yo) se ha ido detrás de la casa a ponerse su traje de santa claus y mete todos los regalos que nos damos entre la familia en un par de sacos, y cuanod ya están todos en casa sale haciendo jo jo jo, y reune a toda la familia en el corredor de la casa para repartir los regalos. Eso sucede cerca de las 12, ahi nos damos el abrazo, y termina la repartición de regalos si es que no se ha terminado ya. Luego de eso yo agarro el teléfono y le llamo a mis mejores amigos para saludarles y darles un abrazo "telefónico". Luego del abrazo nos quedamos hablando paja hasta como a las 2, y ya nos vamos a dormir.

Al siguiente día los primeros en levantarnos somos mi abuelo y yo, aprovecho para barrer el patio, y leo hasta la hora en que me da hambre y ya entonces veo qué como. Espero a que todo el mundo se levante, ahí cada quien come lo que puede y ya por la tarde nos regresamos a S.S.

En circunstancias ideales algo así será mi día, eso si a mi papá no se le ocurre "desviarse" e irse a echar sus "talaguashtazos", lo que añade el estrés de saber si va a llegar y qué desvergue llegará a armar. Eso y que mis abuelos se preocupan, mi mamá y mi hermana se enojan y yo trato, sin mucho éxito, de poner un poco de calma en el ambiente.

La verdad, ésta navidad siempre siento latente ése temor de que mi papá vuelva a "patear el cable", pese a que ahora que lo fui a dejar me dijo que no lo iba a hacer. Desde que tengo memoria esa promesa ha sido rota. Y mucho.

La navidad y el año nuevo siempre se han prestado para que el alcoholismo de mi papá alcance altas cotas de espectacularidad, es cuando ha armado las peores "escenas" y cuando he sufrido más vituperios de su parte, en alguna ocasión llegó a lastimarme físicamente o a intentarlo (los últimos años me ha retado, pero sabe que soy más grande y fuerte). Herirme emocionalmente casi siempre lo lograba.

Es difícil hablar de ésto pese a que llevo tiempo trabajándolo, es feo tener esta suerte de resignación a nuestra suerte, éste esperar lo peor. Es cansado. Quizás es de las cosas más fuertes que vivo, lo peor es que se da casi invariablemente, cada año. El tema del alcoholismo de mi papá me ha marcado enormemente a lo largo de la vida. No sólo en navidad, es solo que ésta época es tristemente "especial".

Pero una vez más tengo la mínima esperanza de que será diferente. Todos los años la tengo. Quizás ése es mi espíritu navideño, mantener viva la esperanza y creer que las cosas y que hasta la gente puede cambiar.

Feliz Navidad mis loc@s diamantes. Que la esperanza nazca en sus corazones con ése niño cuyo nacimiento recordamos en una fecha distinta, pero que nació para que en el corazón de los hombres la esperanza y la fe se transformasen en amor, en ese amor que es capaz de transformar el mundo a través de acciones concretas.

Gracias por leerme. Uds. también son motivos para la esperanza y para el amor.
Feliz Navidad y que Jesús-niño pobre, envuelto en pañales y nacido en una gruta de animales les haga renacer en sus corazones esa esperanza transformadora del mundo que ustedes y yo podemos volver un lugar mejor.

Hoy si. Feliz navidad.


Victor


P.D.: Me gustaría dejarles ésta lectura. No pierde vigencia, como toda palabra de profeta.

Mensaje de Jesús

El evangelio nos anuncia al Cristo envuelto en pañales y recostado en un pesebre. Y cuando Juan Bautista le manda a preguntar al Redentor: «¿Eres tú el que ha de venir o hemos de esperar a otro?» Cristo le manda a contestar: «Di a Juan Bautista lo que estás viendo: Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, resucitan los muertos. -Y lo más grande de todo- se anuncia el evangelio a los pobres. Y dichoso el que no se escandaliza de mí».

Éste es el mensaje de Jesús: envuelto en pañales, reclinado en un pesebre, pobre como el más pobre de los pobres. Creo que ni el más pobre ha nacido en una gruta, sobre zacate porque no hubo para él ni si quiera un lecho donde su pobre madre lo diera a luz. Cristo, el más pobre, envuelto en pañales, es la imagen de un Dios que se anonada. Lo que la teología llama la kenosis: el Dios que se vacía de toda su gloria para aparecer esclavo y dejarse luego crucificar y ser sepultado como un malhechor.

-Este descenso de Dios tiene un gran significado

Esta noche no busquemos a Cristo entre las opulencias del mundo, entre las idolatrías de la riqueza, entre los afanes del poder, entre las intrigas de los grandes.

Allí no está Dios. Busquemos a Dios con la señal de los ángeles: reclinado en un pesebre, envuelto en los pobres pañales que le pudo hacer una humilde campesina de Nazaret, unas mantillitas pobres y un poco de zacate como descanso del Dios que se ha hecho hombre, del Rey de los siglos que se hace accesible a los hombres como un pobrecito niño.

Era hora de mirar hoy al Niño Jesús no en las imágenes bonitas de nuestros pesebres, había que buscarlo entre los niños desnutridos que se han acostado esta noche sin tener qué comer. Entre los pobrecitos vendedores de periódicos que dormirán arropados de diarios allá en los portales. Entre el pobrecito lustrador que tal vez se ha ganado lo necesario para llevar un regalito a su mamá, o quien sabe del vendedor de periódico que no logró vender los periódicos y recibirá una tremenda reprimenda de su padrastro o de su madrastra. ¡Qué triste es la historia de nuestros niños! Todo eso lo asume Jesús en esta noche.

O al joven campesino, obrero, el que no tiene trabajo, el que sufre la enfermedad en esta noche. No todo es alegría, hay mucho sufrimiento, hay muchos hogares destrozados, hay mucho dolor, hay mucha pobreza.

Hermanos, todo eso no lo miremos con demagogia. El Dios de los pobres ha asumido todo eso y le está enseñando al dolor humano el valor redentor, el valor que tiene para redimir al mundo la pobreza, el sufrimiento, la cruz. No hay redención sin cruz.

Pero esto no quiere decir un pasivismo de nuestros pobres, a los que hemos mal adoctrinado cuando les decimos: «Es voluntad de Dios que tu seas pobre, marginado y no tienes más esperanza». ¡Eso no! Dios no quiere esa injusticia social; pero, sí, una vez que existe se da como un tremendo pecado de los opresores, y la violencia más grande está en ellos que privan de felicidad a tanto ser humano y que están matando de hambre a tanto desnutrido. Dios reclama justicia pero le está diciendo al pobre como Cristo al oprimido, cargando con su cruz: salvarás al mundo si le das a tu dolor no un conformismo que Dios no quiere, sino una inquietud de salvación si mueres en tu pobreza suspirando por tiempos mejores haciendo de tu vida una oración y acuerpando todo aquello que trata de liberar al pueblo de esta situación.

El Papa lo recordaba en México cuando dijo que la devoción a María no es una devoción de débiles; que María, que supo soportar la huida y el destierro, la marginación, la pobreza, la opresión, María la hija de un pueblo dominado por el Imperio Romano que ve morir en la cruz injustamente a su Hijo prisionero y torturado, María levanta su grito de santa rebeldía para decir a Dios: que despedirá vacíos a los soberbios y orgullosos y si es necesario derribará del trono a los potentados, y en cambio dará su gracia a los humildes, a los que confían en la misericordia del Señor.

Éste es el Cristo que nace, enseñándole a los países pobres, a los mesones, a estas noches frías en las cortas de café, o calientes junto a las algodoneras, que todo eso tiene un sentido. Que no perdamos el sentido del sufrimiento. Queridos hermanos, si una cosa me da lástima en esta hora en que El Salvador se redime es pensar que muchos falsos redentores están echando a perder esa fuerza de redención que tiene nuestro pueblo: su sufrimiento; y convierten en demagogia su marginación, su hambre. No hay que hacer la desesperación ni resentimiento, sino que hay que esperar la justicia de Dios, saber que esto tiene que cambiar; y, si es necesario, morir como han muerto ya tantos pero con la esperanza de una fe cristiana.

Como quisiera que esta Navidad hablara de ese Niño entre paja y los humildes pañales, del valor sublime de la pobreza. Como quisiera que nosotros mismos, que estamos haciendo esta reflexión, la diéramos a nuestros pequeños o grandes sufrimientos un valor divino. Que desde esta noche intensificáramos nuestra intención de ofrecer a Dios lo que sufrimos. Que se convierta junto al sacrificio del altar en hostia que redime y santifica nuestra vida, nuestro hogar, nuestra sociedad.

Si no hubiera tanta demagogia y hubiera más santidad en los pobres pronto vería nuestra Patria la salvación. ¡Si supiéramos recoger hoy el mensaje del niño pobre, del niño humilde, del que se anonadó para salvar al mundo...!

Cómo nos parecemos a Jesús en Belén esta noche los salvadoreños cuando tenemos una sociedad que se puede presentar como la pobreza acabada del Belén de María, de José y de Jesús.

3.º LA MULTITUD DE ÁNGELES QUE BAJA CANTANDO: «GLORIA A DIOS EN LOS CIELOS»

Es el llamamiento, la meta eterna de nuestra vida

Démosle a las cosas de la tierra su valor relativo. No absoluticemos la riqueza, ni la lucha, ni el partido, ni la organización. Nada tiene valor absoluto en esta tierra, todo es relativo frente al único Absoluto, el que debe de robar la gloria de todos los hombres hacia Dios. Lejos de nosotros todo orgullo, toda soberbia, querer endiosar algo o alguien en esta tierra, lejos de nosotros.

El Niño en Belén interpretado por los ángeles nos dice que no hay más que un solo Dios y que no se puede servir a ese único Dios y a los ídolos de la tierra. Que caminemos en la tierra siempre haciendo de nuestra vida, de nuestro esfuerzo, de nuestro trabajo, lo que Cristo hizo.

Cuando ya se despedía Cristo de este mundo el día de su ascensión le dice a los apóstoles: «Vine del Padre y ahora regreso del mundo al Padre». Éste es el circuito que hay que recorrer: Vengo de Dios y trabajaré en el mundo una vocación que Dios me ha dado al hacerme nacer en esta hora, en esta época, en este país, con esta vocación, es esta situación. Cumplir ese recorrido para, luego, al llegar nuestra muerte, decir: «Ahora regreso al Padre».

Haber vivido siempre recordando nuestro origen de Dios y no perdiendo nunca de vista nuestro destino la gloria del Altísimo.

Haber vivido siempre animando nuestra vida como Cristo animó la suya: «Yo tengo un plan que es hacer la voluntad de mi Padre el que nos enseñó a orar en todas las circunstancias de la vida. Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo». No se hace otra cosa más que la voluntad de Dios. Y dichoso el hombre que sabe sintonizar en todos los momentos de su vida con esa voluntad del Padre. Ésos son los héroes, esos son los santos, ésos son los inmortales, ésos son los felices, los que saben recoger el mensaje de Navidad cantando al único Dios y ordenando su vida a la gloria del único Dios: «¡Gloria a Dios en lo más alto de los cielos!» Hasta allá se encumbra mi vida cuando le doy ese sentido a mis acciones por más humildes que sean.

Queridos hermanos, éstos son los tres pensamientos que yo les quisiera recordar para que los viviéramos no sólo en esta noche de Navidad, por encontrar el secreto de la alegría: El Niño que trajo novedad a la historia, a nuestra vida, a El Salvador, a todo lo que es vida y naturaleza. El Niño que se envolvió en pañales y nació en un pesebre para darle sentido a la pobreza, al dolor, al sufrimiento. Y el Niño es cuya cuna recuerda todos los hombres el destino de todos los hombres, la gloria de Dios en lo más alto del cielo.

Que esta eucaristía nos haga encontrarnos con el Jesús que todos los días vive en nuestra misa recordándonos precisamente este gran mensaje de la Navidad. Así sea...

Mons. Óscar Arnulfo Romero,
Homilía del 24 de diciembre de 1979

miércoles, 13 de diciembre de 2006

Demonios interiores y ronrones sensibles

Tomado de la tira "El bueno de Cuttlas", en el diario 20 minutos.



Me di un rato de relax ahorita que mi mamá tiene su cena de navidad de la comunidad de la parroquia, y yo estoy harto de estar leyendo "Social Interaction and Conciousness"... Irónicamente, mi nivel de autoconciencia se reduce cuando tengo esos ratos de inspiración y trabajo como que si de ello dependiera mi vida. Entonces me olvido de comer, de ir al baño, de cambiar de música, contestar el teléfono, etc...

Últimamente, me fuerzo a tener esos ratos, esas "experiencias de flujo" como le llamaban en no me acuerdo qué teoría. De ahi el cansancio emocional que les refiero en mis catárticos posts anteriores. Éste post me está costando tanto como ése trabajo, quizá porque es más costumbre mía aprovechar cuando me da ése "envión" y comienzo a trabajar como loco.

Últimamente he querido aplicar aquella frase de Picasso que decía que quería que cuando llegara la inspiración lo encontrara trabajando. Es un poco más aburrido, pero ahí voy.

("Últimamente" lo escribí dos veces al principio de una frase... ¡rayos!... una vez más... pero fue a propósito)

Bueno, no quería escribir de eso si no de la caricatura que pongo al principio. Pero supongo que hacer catarsis de mi situación de trabajo es parte de esos demonios internos con los que hay que lidiar ahorita.

Un día de éstos discutía con alguien sobre el ser "duro" y el ser sensible. Él me decía que en el mundo actual había que ser duro, a veces actuar como un verdadero hijueputa, porque esos son lso que sobresalen, y etc... a éstas alturas del discurso yo había captado que hablaba de sí mismo.

Yo le preguntaba que bueno, que para qué se justificaba sobre su actitud y que qué escondía ésa dureza exterior. Como muchas veces ocurre, me tocó volver a decirle lo que le pregunté porque no entendió a la primera. Le puse el ejemplo de los escorpiones, que por fuera están tan acorazados con su cubierta dura, pero en el interior son blandos, casi líquidos. Luego le repregunté que qué era su parte blanda que guardaba su quitina (de eso esta hecha la cubierta dura de los insectos)... no me respondió...

Yo me quedé pensando justo en eso último, en mis partes blandas, en mi coraza de quitina. Digamos que morfológicamente, yo más que escorpión parecería un escarabajo, un ronrón de esos que hay en los naranjales a los que hace más de una década yo amarraba con un hilo para que volaran zumbando a mi alrededor, y luego los veía con una lupa para luego desamarrarlos. Hijole, ya me puse a acordarme de cómo vivía mis vacaciones de fin de año escolar... otro día les cuento.

Bueno, el asunto con la coraza es que siempre ha sido mi apariencia seria y brava. Recuerdo que cuando estaba en EPRE y EJE, al hacer éstas dinámicas de retroalimentación sobre cómo me veían los demás, siempre salía a relucir: Inteligente, Serio, Habla bastante, Buen amigo, Participativo, Enojado, Alegre (paradójico, pero cierto), Sabe hablar, Maduro, etc... A mi me daba algo de cólera que me dijeran enojado, pero hasta bien entrada mi juventud me di cuenta que yo así me veo, pero que quienes me conocen saben que soy distinto. El asunto es que esa imagen y otras cosas siempre fueron como una coraza protectora, algo con lo que yo me protegía de abrirme a los demás por completo, sólo sacaba de mi el conocimiento, la opinión, pero poco acerca de mi y mis sentimientos. Y eso porque aprendí que la gente puede dañar, que cuando te abrís a alguien, la gente puede vulnerar esa masita blanda bajo la quitina, que entonces podés salir herido de una aprte en que si duele.

Una de las cosas que aprendí en esos años fue a ir confiando, gracias a Dios encontré personas maravillosas (justo ahora hablo con una de ellas, Gerardo, a quien considero como otro hermano más), con quienes pude abrirme y confiar, encontrando en ellos ésa calidez de recibirme como soy, aceptando antes que juzgando, estando antes que alejándose, escuchando antes que diciendo. De ellos y ellas podría hablar páginas enteras, baste con decir que les amo entrañablemente y que son razones para seguir viviendo.

Pese a esa apertura que encontré, siempre me fue difícil abrirme del todo, siempre por ese miedo aprendido quien sabe cuando, pero que me impidió ser completamente transparente. Con el tiempo he ido quitándome esas capas de quitina y acá me tienen, enseñándoles mis entrañas desde hace poco más de medio año, tratando de vivir en coherencia con mi idea de que vale la pena ser transparente y abrirse al mundo.

He aprendido que eso a veces puede causar daño, que la gente puede ser dura, pero también cuando te abrís al mundo comenzás a vivir en plenitud, entra el sol a todas partes y rincones húmedos de tu interior se secan y a veces nacen flores o nuevas luces. Siento eso operando en mi, cuando logro abrirme, cuando logro destaparme, dejar atrás esos miedo a crecer, a ser yo mismo.
En fin, últimamente he vivido una especie de muda de caparazón, y he dejado de ser un ronrón (fisicamente no, pero pronto, pronto...) para ser una suerte de oruga que no teme salir a la luz.

No era ésta mi idea inicial del post, pero así quedó. Esos demonios interiores a los que hay que irse enfrentando son la quitina de la que nos vamos haciendo esa capa dura. Gracias por ser luces que se dispersan en mi interior. Hablo de ustedes, a quienes esconde la distancia pero acerca el corazón. Ese que es blando pero cuando late en su inquietud casi perenne mueve una vida.

Brillen más que nunca, mis locos y locas diamantes! Es Navidad! Y un nuevo año está por comenzar. Puede ser que mas escorpiones, escarabajos y otros bellos insectos dejen de ser duros y oscuros y enseñen su lindo y blanco interior. Vale la pena, aún si sólo lo hacen con esos que ustedes sienten más cerca de su corazón.

Nuevamente... BRILLEN!!!!



Victor



P.D.: Dos lagrimas dulces que derramé en el proceso de tres días para escribirles éste post van para ustedes. Escribirles me dan ganas de continuar la vida para seguirles escribiendo. Y eso me saca una gran sonrisa.


jueves, 7 de diciembre de 2006

Imaginese el sonido de comunicación entrecortada...

Mis procesos neuronales están atrapados por la tesis.

Tengo mucho que hacer antes de que la UCA cierre por vacaciones.

Quiero decir más, pero ahorita me veo obligado a volver a mi ostracismo forzado.

Ayer terminé las entrevistas, hay muchas cosas interesantísimas que quisiera contarles.

Pero seguiré en mi estado bloguero cuasi catatónico.

Extraño sentarme con ganas de escribir un post que no me de pena que lean.
Pero solo me salio éste.

Extraño sus comentarios.

Victor




"Siento unas ganas locas de reír
o de matarme. "


"la angustia existe"



(Roque Dalton)