Fin de año, Gaza, El Salvador.

Finaliza el año, acaba para mí en medio de reflexiones profundas sobre lo que me espera el año que viene. Lo que haré, lo que dejaré atrás para ser mejor. Lo que añadiré para ser mejor aún. Hay tantas cosas personales que pensar, pero me ronda tantas imágenes terribles en la cabeza:

Tanto amor y no poder nada contra la muerte.
César Vallejo

En otra parte del mundo ocurre una agresión brutal, una más brutal que la que se ha ido perpetuando de manera constante desde hace tiempo hacia un grupo de personas, gente pobre, que han ido apuñando en un espacio de tierra a la que se le apoda "La Franja". Hervidero de conflictos milenarios, legitimizaciones ideológicas de los extremismos, esta tierra es testigo de otra agresión, la mas fuerte en los últimos 40 años en contra de los palestinos.

¿En respuesta a qué se hace esta vez? Pues según escuché en las noticias ayer domingo* era para reafirmar el poder disuasorio del ejercito israelí. Es para demostrar que son fuertes, que pueden aplastar en el momento que quieran a cuantos palestinos quieran. Si de justificaciones absurdas hablamos, esta va a por el premio mayor. Los últimos tiempos, terribles tiempos nos han venido cargados de demostraciones de que la estupidez humana es abusiva, agresiva y que se justifica de manera más estúpida aún.

Es triste, tristísimo ver como una vez más nos tenemos que poner a pensar en la clase de reacciones que se darán, como una vez más hacen girar con mas vértigo la espiral de violencia que viven en esta región y que de a poco va succionando al resto del mundo. Gracias a la globalización, estos conflictos ya no son un triste espectáculo bélico más (como lo fuimos alguna vez nosotros). Las consecuencias de éstas acciones son globales, afectan el precio del petroleo, introducen desconfianza (si, aún más) en los mercados financieros y de alli todo se va expandiendo hasta nosotros. Mas allá de esto, creo que es imposible no sentirse tocado por la barbarie que implica una agresión de tal magnitud en contra de un pueblo, antes que en contra de un ejército.

Y es que resulta que las acciones del ejército israelí, ese que quiere demostrar su poderío ante el mundo, lo hace atacando cobardemente a diestra y siniestra, pegándole al más débil. Como aquel niño malo de la escuela que hizo su fama de malo pegándole al mas chico.

Con ésto no digo que en Palestina no hay terroristas. Que los hay, y muy malos. Pero de 300 muertes que llevaban contabilizadas hace unas horas... ¿cuantos de esos son terroristas? ¿De los niños que murieron jugando al fútbol, cuantos de ellos eran terroristas?

Este es un problema más complejo, que hay elecciones en Israel en febrero, que Hamas aquí, que Fatah allá, que la Liga Árabe dice esto y que Siria lo otro. Que llaman a una tercera intifada, que las Naciones Unidas hablan de una "reacción desproporcionada" (algo así como cuando le decís a alguien "hey, te pelás", solamente), que unos reconocen Palestina como nación, que otros se niegan, que tros niegan a Israel el derecho de estar ahi. Es un problema complejísimo, que desborda lo que yo pueda decir en unas líneas. Pero si no puedo decir que no me toca la barbarie, que no resiente mi corazon ver que una vez más la solución a los problemas de esa región del mundo en que vivo se vé más lejana.

No puedo evitar volver la vista sobre éste "cosmos cómico, el microcosmos anacrónico donde aún se dan puntapies bajo la mesa caín y abel" que diría Roque. No puedo evitar pensar en cómo debemos hacer para no llegar a hacer aún peor los problemas del hoy, especialmente los derivados de la polarización extrema de nuestra sociedad. Por mucho que pueda haber un cambio de figuras en el poder, esa fractura esencial en la sociedad nuestra existe y necesita ser curada, reparada, reconstruida. Eso será una de las bases de un verdadero cambio.

Me quedo hasta acá. Dejo éste poema del gran Otto René Castillo que me resuena al pensar en estos días que vivimos:

HOLOCAUSTO OPTIMISTA

¡Qué terrible mi tiempo!

Y sin embargo, fue mi tiempo.
No lo impuse yo, tan sólo
me tocó hundir mis pasos
en su vientre
y caminar con el fango
hasta el alma,
llenarme la cara de lodo,
entubiarme la pupila
con el agua sucia
y marchar
hacia la orilla futura
dejando una huella
horripilante
que hederá
para todos los tiempos.
Y sin embargo, fue mi tiempo.
Pustolento. Perruno. Horrendo.
Creado por el lobo, en verdad.
Sufrido por el hombre, a verdad.
Destruido con odio y muerte
en nombre del amor y la vida.

¡Qué terrible mi tiempo!

Y sin embargo, fue mi tiempo.
Hombres del futuro, cuando
penséis en nuestro tiempo,
no penséis en los hombres,
pensad en las bestias
que fuimos mordiéndonos
a dentelladas homicidas
los pedazos de alma
que tuvimos,
pero pensad también
que en este combate
entre animales
se murieron las bestias
para todos los siglos
y nació el hombre,
lo único bueno de mi tiempo.
Y que en medio de todo,
algunos vimos,
llenos de telarañas
y de polvo genésico,
cómo el hombre
fue venciendo a la bestia.
Y cómo el futuro
se acercaba
con una estrella
en los cabellos,
cuando moría
la bestia
bajo el peso
del hombre.

Feliz semana de transición 2008-2009

Victor



* Cito acá a Jose Levi, periodista de CNN que fue quien respondió esto a la pregunta de que porqué se llevaba a cabo la agresión según el gobierno israelí. No encontré las declaraciones exactas, pero eso fue lo que indicó el citado periodista en uno de los reportes desde Israel esta noche de domingo.


**Quisiera decir alguna cosa sobre el nuevo arzobispo. Ya habrá tiempo de hacerlo, pero quiero dejarlo señalado acá para que me lo recuerden si no ven que pongo algo al respecto. Gracias de antemano.