Estado del cambio

Mientras avanza el tiempo se acaba la ilusión (y la paciencia) y de a poco se le va viendo más claro el fustán o los fustanes (por aquello de la virtual dualidad de poderes) al gobierno del cambio. El mensaje recibido hasta hoy tanto de Funes como del liderazgo del FMLN es muy cercano a aquel de Groucho Marx quien decía "Estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros". Hasta el momento la incoherencia con el mensaje de la campaña electoral ha calado hondo en la ciudadanía que votamos por un cambio, el olor a decepción y a una suerte de derrota anticipada se huele en el ambiente mientras quedan un par de años para las próximas elecciones municipales y legislativas. La derrota no en el campo electoral si no en la apuesta por una alianza que hasta hoy ha dado frutos mediocres y la sensación de estar peligrosamente cerca de devolverle el poder a la derecha.


El ambiente es tenso alrededor de lo que tenga que ver con el ejecutivo. Por una parte Funes y sus allegados han optado por una postura pragmática que le pone con facilidad en entredicho con sectores del movimiento social que le llevó al poder. La derogacíón de la ley de amnistía, la revisión de las tarifas de los servicios básicos, la transparencia de la gestión gubernamental y la tolerancia cero hacia la corrupción de los gobiernos areneros son algunos de los temas sensibilísimos para muchos sectores que dieron su apoyo expreso o su anuencia a la alianza Funes-FMLN. Y son justamente esos temas en los que Funes ha optado por dejarlos aparcados, siendo parte los grandes temas que manejó como promesas durante la campaña pre electoral. Sin duda el apoyo de los diversos sectores sociales que le llevaron al poder no habría sido el mismo de saber lo que ahora estamos experimentando.

A día de hoy es evidente que hubieron grandes errores en la constitución del gobierno del cambio. En la prisa por sacar a ARENA del poder gubernamental el FMLN se construyó una alianza con bases poco sólidas, pensada esencialmente para ganar la elección antes que para gobernar un país en un momento complicadísimo en su historia reciente: crisis económica mundial, insostenibilidad financiera del estado, creciente espiral de violencia e inseguridad que termina por afectar la inversión privada, una vulnerabilidad social inatendida que demanda más y más recursos de emergencia conforme ocurren eventos naturales. etc.

Por otra parte Funes y/o su séquito demostraron ser mucho más astutos de lo que algunos creían, a día de hoy han enarbolado la idea de "independencia" y han sabido moverse de manera tal que no necesitan del FMLN para llevar a cabo muchas de sus iniciativas y han sabido hacerse del apoyo expreso o tácito de parte de los sectores de poder tradicional. Esto en base a un pragmatismo para lograr sus objetivos en el que da igual si se alían con aquellos a quienes prometieron contarles las costillas en busca de algo ilícito. Logrando con esto botar de una una buena vez una de las grandes ilusiones creadas en la población (ver que se hacía justicia con quienes se enriquecieron a costa del mal de las mayorías), ademas de perpetuar el modelo con el que se ha conducido este país a lo largo de los veinte años de gobierno arenero.

Esta idea de "independencia" de Funes ha resultado atractiva para aquellos sectores o grupos de poder que ven en el FMLN un peligro para sus intereses. Los medios han cumplido su parte en seguir alimentando el imaginario popular de un FMLN satélite de Venezuela y Cuba, mientras Funes se muestra como un personaje raro, pero independiente al fin del FMLN y por tanto, potable. Las armas mediáticas se han enfilado contra todo el gobierno pero especialmente sobre aquellas dependencias en las que figuran miembros bien conocidos del partido: el Ministerio de Educación, el Ministerio de Seguridad y el Ministerio de Gobernación;

Mientras, ha sido en otras dependencias del ejecutivo donde han habido movimientos que han puesto en evidencia el talante del gobernante al respecto de lo que espera de sus funcionarios y del carácter de la alianza con el FMLN y el resto de sectores sociales. Los tempraneros despidos de los funcionarios de la SIGET, ANDA, CONCULTURA (hoy SECULTURA) y más recientemente la renuncia del titular del Ministerio de Agricultura y Ganadería ponen en entredicho la meritocracia que proclamó el ahora presidente como característica de su administración. La imagen que ha quedado en la retina de la población es la firmeza de Funes en mantener funcionarios acordes con sus ideas, aún si eso representa otro punto más de desaveniencias con el FMLN.

En este contexto se da este fin de semana el anuncio de Funes en crear una nueva fuerza a la que han denominado Movimiento Ciudadano por el Cambio, que es en esencia una refundación de los "Amigos de Mauricio", fuerza político-económico que apoyó y financió en gran parte la campaña electoral de Funes. Si bien la derecha sigue manifestando recelo al respecto de este grupo - principalmente porque son otros actores quienes se ven favorecidos desde los funcionarios provenientes de este "movimiento -, la idea general es que este grupo será la plataforma que mantendrá en uso Funes para lograr aquellos acuerdos políticos que favorezcan a sus intenciones dentro del ejecutivo. Nada nuevo, excepto que hace más evidente la idea generalizada antes de las elecciones de que el movimiento Amigos de Mauricio terminaría volviéndose un nuevo partido político.

La perspectiva para el país es complicada, no solo por el contexto que describíamos unos párrafos atrás. La herencia de los veinte años de ARENA gobernando el país sumada a la inestable relación entre el ejecutivo y la primera fuerza política del país hace complicado crear los acuerdos mínimos que se requieren para enfrentar el grave problema de inseguridad que se vive en el país y los efectos de la crisis económica.  Aparte de ello, las recientes denuncias de gestión fraudulenta en varias carteras del estado, al estilo de los gobiernos anteriores han reforzado la idea popular de que los políticos son unos artistas de la mentira sea cual sea el color de su bandera, creando no solo un descontento en la población si no además reforzando la desconfianza en las autoridades de todo nivel, situación que favorece a que la responsabilidad ciudadana sea una suerte de utopía.

Hasta hoy el liderazgo del FMLN ha querido transmitir la sensación de calma y diálogo con el mandatario al que llevó al poder; sin embargo la sensación de ruptura y enfrentamiento, subrayada -o azuzada - por los grandes medios de comunicación, comienza a surtir efecto en parte de su militancia y sus simpatizantes al punto de que muchos de ellos se comienzan a manifestar abiertamente como opositores al mandatario por las constantes incoherencias entre el discurso y las acciones del mismo. Esto último fue particularmente evidente durante el primero de Mayo, donde muchos sectores sacaron a relucir su inconformidad con el nuevo gobierno, para regocijo de los medios de comunicación vinculados al viejo régimen.

Así las cosas. Toca arremangarse porque lo que se viene no es fácil. Nunca lo ha sido, pero por cómo han caminado las cosas luego de las elecciones pasadas el panorama es mucho más fregado de lo que esperábamos. Como solía decir mi abuela, "ya estamos montados en el macho", y no queda más que aprender las lecciones que va dejándonos esta particular historia y volver a lo real, que es construir el cambio que nosotros queremos desde abajo. Toca hacer que el pueblo haga oír su voz y luchar por que se le cumpla lo que se nos prometió, toca luchar por el cambio antes que la historia nos de una lección por no haber aprovechado el momento en que más exigió volvernos artífices y no meros espectadores. Toca hacerlo nosotros, antes que aquellos que tuvieron el poder aprendan sus lecciones y se maquillen y aprendan nuevos discursos falsos y vuelvan a engañar enarbolando las banderas que nosotros debemos portar con dignidad.

Que tengan una buena semana

Victor