Como psicólogo soy más dado a pensar en el impacto psicosocial de la profunda desigualdad económica, en cómo afecta a la construcción de la identidad, cómo se manifiesta en las relaciones interpesonales de unos y otros, de los que viven en el desmedido y sobresaliente lujo y de los que intentan sobrevivir en medio de las más abyectas de las carencias quye caben en estos poco más de veintemil y pico de kilómetros cuadrados.
En el fondo, el ruido de la ANEP, la Cámara de Comercio y demás gremiales y sectores asociados a la derecha. Mientras, tras bambalinas, los ricos más ricos son cada vez más ricos. Los pobres están más hechos mierda y los demás vamos por el carril del medio, sin dar pie con bola y atendiendo a los que hacen más bulla porque además de todo, tienen todos los medios para hacer ruido hasta hartarnos y no querer saber nada más.
Pisto hay, me dice mucha gente. A quienes lo tienen les ha crecido otro 3.6% en este tiempo, dice el artículo.
Víctor
No hay comentarios:
Publicar un comentario