viernes, 31 de diciembre de 2010

2010-2011

Pienso en 2010 como un año bisagra. Los reacomodos que deberían darse en el país a nivel político se van sucediendo y los escenarios que habrán de marcar los años por venir se plantean desde ya con mayor certeza algunos que otros.

El tema del narco marcará tristemente no solo el fenómeno de la migración como ya venimos siendo cada vez más conscientes, si no además otros temas clave en nuestra nación. Que este fenómeno existe acá desde hace años no implica que las cosas sigan igual. Ahora estas grandes estructuras criminales acumulan más poder que nunca y han encontrado en nuestras sociedades centroamericanas muchas vías de acción, desde corromper poderes locales, pasando por el uso de las maras y pandillas como parte de su staff, el abuso sobre las y los migrantes como fuentes de ingresos extra y muchas otras maneras de actuar sobre la sociedad.

Las consecuencias de las nuevas formas de acción de estos grupos y la fragilidad de nuestra sociedad nos marcan este tema como un punto de alerta esencial en los años venideros, no solo al nivel de la seguridad ciudadana. En ese sentido, llama la atención las medidas que se han adoptado en Guatemala en las semanas recientes. Con la acumulación de poder que viene adoptando la Fuerza Armada y el ascendiente que ha logrado en la percepción de la ciudadanía, no extrañará que este sea nuevamente un actor con poder real dentro de nuestra sociedad, luego de algunos años en la relativa sombra. qué consecuencias puede tener esto, con la historia que carga el poder militar en nuestro país es algo que no debe de dejarse de lado.

Mientras, el devenir partidario sigue marcando un escenario similar al pasado reciente: un partido en el poder, otro partido de oposición con un discurso de choque y un tercer grupo con poder para apuntalar a quien mejores prebendas les ofrezcan. El ascenso de GANA como tercera fuerza política habrá de someterse a la prueba del tiempo y el desgaste del poder habrá de someter al FMLN a comprobación como primera fuerza política. Si bien se ha sometido a desgaste la imagen de Funes, el discurso ambiguo del FMLN respecto a sus intenciones con el poder y la forma en como la cúpula se garantiza la continuidad a sí misma a través de las maniobras que han adoptado recientemente deberían tener un efecto en el apoyo de la población, que es azuzada por los medios de comunicación a desconfiar de las caras visibles de la cúpula efemelenista y de sus funcionarios, a quienes buscan demostrar incapacidad a toda costa.

La oposición mientras, ya ha pasado el período de fracturas que sobrevino a la derrota electoral. De elllo ha resultado una mezcla extraña, caras públicas nuevas y viejas con el mismo discurso y maneras que vienen practicando desde sus inicios. Habrá que ver cómo se definen de cara al futuro electoral: se disfrazarán de derecha progresista o si continuarán con su ideario de hacer del país una tumba para el comunismo.

¿Hay motivos para la esperanza? Creo que si. Quiero creer que sí. Aunque no niego que me preocupa que al finalizar 2010 encontremos un panorama similar a los años anteriores, agravado por la amenaza real del narco. Habrá quien encuentre un motivo para la esperanza en como uno que otro espacio nuevo de discusión, gana más "likes" en Facebook. Yo tengo mis reservas: aunque sea nuevo por lo general viene manejado detrás por los mismos poderes viejos, sino vea usted quienes patrocinan estos espacios de opinión en la red o quienes los asesoran, a quienes invitan con frecuencia y saque sus propias conclusiones. Llama la atención la carencia de espacios que busquen ir a la población lejos de ir a los mismos "analistas" de siempre, si bien hay colectivos particulares que hacen oir su voz, el resto de la ciudadanía carece de voz y aún de oídos.

Me preocupa mucho lo que nos deja 2010. Mucho ruido y pocas nueces: discursos vacíos, muchos hechos graves, medios de comunicación exacerbando la emotividad, sectores con poder de influencia en la opinión pública adormeciendo a la gente, y actores sociales buscando privilegios para sí. Dentro de todo, creo que siempre la gente puede verse movida por el peso de la historia, y que puede ir más allá de la bruma y el ruido del momento. Pero hace falta despertarla. Hace falta que se escuche a sí misma. Hace falta hacerla hablar. Hace falta conocerla. Ahí está el reto para el año 2011. No nos rajemos. Solamente.
Bienvenido 2011. Que Dios nos eche la mano.

Un abrazo a todas y todos.


Víctor