miércoles, 24 de diciembre de 2014

Feliz Navidad

Para empezar, valga estas líneas para dejarles un saludo a todas y todos. En medio de la alegría de compartir con la familia, de recordar a quienes nos dejaron y alegrarnos por quienes han llegado a nuestra vida en este año, cabe siempre pensar un poco más. Cabe la oportunidad de compartir, de escuchar a la familia, de dar no solo regalos, si no la inmensa caricia de la atención, de la escucha, del interés por el otro. 

Hay quien hace drama porque justamente en la cena de hoy tenemos un espacio para ver a todos, porque tenemos la oportunidad de que los demás nos pregunten por nuestra vida, por lo que hacemos. Y nos incomoda. Y curiosamente venimos luego a internet a quejarnos de nuestra soledad. Es curioso. Y lo pongo con intención como "oportunidad", porque luego venimos a quejarnos de esas oportunidades perdidas. No falta quien nos comenta con amargura en las redes sociales que hasta que están lejos o las personas ya no están, se dan cuenta lo valioso que son estos momentos. 

En fin, es de aprovechar. Y es de aprovechar a pensar en el verdadero sentido de estos días. Más allá de los regalos, más allá de si hay o no que quemar pólvora. Entre tanto debate estéril que ha abundado en nuestra patria en estos días, me preguntaba qué nos diría Monseñor Romero sobre la Navidad. Encontré que Miguel Cavada Diez (QDDG), quien recopilara y editara las homilías de Monseñor Romero, recogía en este artículo de la Revista Carta a las iglesias, algunos pensamientos de Monseñor sobre estos días. Valga para compartirlos acá: 

Salvemos nuestra navidad
«Acerca de la celebración de la navidad, muchos cristianos están haciendo hoy precisamente lo contrario de lo que hicieron los cristianos de ayer. El cristianismo antiguo logró, con la celebración de la navidad, cristianizar la fiesta pagana del sol. En cambio el neopaganismo de los cristianos de hoy está logrando paganizar la navidad cristiana. Jesús no nació precisamente el 25 de diciembre. La liturgia cristiana señaló esa fecha para darle un sentido cristiano a la fiesta romana del ‘Sol invicto’; los paganos de aquel imperio celebraban como el nacimiento del sol en la noche más larga del año. Aquella medianoche era considerada como el punto de partida de la marcha del sol que comenzaba a dominar las tinieblas. Resultó fácil para los cristianos cambiar el sol por Jesucristo, y hacer coincidir litúrgicamente el nacimiento de Cristo, ‘sol de justicia’, con la celebración pagana del nacimiento de sol […]. Lástima que toda esa inspiración cristiana con que nuestra liturgia bautizó una festividad pagana haya sido traicionada por muchos cristianos que hoy entregan al paganismo aquella victoria espiritual. Porque no es otra cosa que una cobarde capitulación de los cristianos al hacer prevalecer sobre el sentido evangélico de la navidad los valores del comercio y de las alegrías mundanas» (Orientación, 17 de diciembre de 1978).

Sugerencias para navidad
«Ha comenzado a circular, como un torrente sanguíneo en el cuerpo de la sociedad, el incomparable saludo de esta temporada: ¡Feliz navidad! Feliz navidad no debe ser sólo una expresión rutinaria que, por repetirla demasiado, ha perdido la riqueza de su originalidad y de su mensaje […]. Tal vez contribuiría a inyectar nueva conciencia y eficacia al gastado saludo navideño si lo libráramos de la rutina y del convencionalismo; es decir, si en vez de ser tributarios de la costumbre y de la comercialización de la navidad, excitáramos entre nosotros la originalidad cristiana del gran misterio de Dios hecho hombre y la creatividad de nuestra fe para acompañar nuestros augurios navideños de acciones y gestos que realmente produjeran felicidad y paz a nuestro alrededor.
Cuánta mayor sería la felicidad que diéramos y recibiéramos, si en vez de gastar en tarjetas y hacer regalos costosos o baratos a quienes no los necesitan, orientáramos sabiamente esos gastos y dádivas a los verdaderamente necesitados. Y, mejor todavía, si, antes de promover fiestas, cenas y regalos de navidad entre trabajadores de las empresas y sectores pobres del pueblo, revisáramos a conciencia el cumplimiento de nuestros deberes de justicia cristiana para con toda esa gente, porque «no se debe dar como ayuda de caridad lo que ya se debe por razón de justicia» (Apostolicam actuositatem, 8). Estas acciones, inspiradas en la realidad de la vida y no en la mentira de las apariencias y conveniencias sociales, aunque sean pequeñas acciones y de cortos alcances, son las que, multiplicándose, contribuirían a traer la verdadera felicidad y paz que hemos perdido» (Orientación, 18 de diciembre de 1977).

Mi pensamiento pastoral en navidad
La navidad me ofrece la oportunidad de decir a ustedes que el Cristo de Belén es la síntesis divina de todo el Evangelio que tengo que predicar. Es la Palabra de Dios hecha encarnación y expresión humana, es «el camino, la verdad y la vida» (Jn 14, 6); a partir de Belén los cristianos ya no podemos inventar otro Cristo ni otra doctrina liberadora que no sea la del auténtico Evangelio: el Evangelio de la pobreza y de la austeridad, el del desprendimiento y de la obediencia a la voluntad del Padre, el de la humildad y del camino hacia las bienaventuranzas y hacia la cruz. Un compromiso de nuestra vida con este mensaje vivo de Belén es la única manera de celebrar cristianamente la navidad. Otras maneras de celebrarla, sobre todo si es entre lujos y libertinajes, no honraría el amor de Dios que nos visita, sería cerrar los ojos al único camino de libertad y felicidad que se nos ofrece para salvación del mundo» (Orientación, 25 de diciembre de 1977)


Feliz navidad a todas y todos. Que Dios, vuelto ese frágil y necesitado niño pobre y de padres migrantes, les bendiga.


Víctor

domingo, 28 de septiembre de 2014

De impunidad y la fe.

A una niña de nueve años la violan y la matan. A la gente le duele, le indigna y espera que se haga algo. Por Dios, es una niña, DEBE hacerse algo. Pasan los años y nada ocurre. Los vicios y connivencias perversas de nuestros funcionarios del sector justicia se ponen una vez más en evidencia, con un caso emblemático. Uno de esos en que la gente dice: "bueno, por ser de tal clase, en este caso no harán trampas, no habrán tantas suciedades, tanta corrupción." Pero la hacen. Una vez más, ocurre que sale libre el que debe pagar. Y solo queda la justicia divina. Esa que no vemos, pero creemos que existe, por fe.

Y, si, la fe es poderosa y mueve montañas cuando se alinea y se pone a trabajar. 
Pero esos son otros diez pesos, dicen. 

Estoy seguro que usted y yo seguramente podemos contar, entre nuestros conocidos, al menos diez casos en los que hay un delito que ha quedado impune.  Y eso quizá sin contar las veces que quizá usted también ha sido víctima. Un robo, un asesinato, una violación, un abuso, amenazas, lesiones. Ponga usted sus dedos de la mano y vaya contando casos que sabe que ha vivido alguien a su alrededor. Asusta, ¿no?

Cuando cosas malas le pasan a gente que sabemos que ha hecho algo malo, nos alivia. Cuando se hace justicia, cuando se aparta de entre nosotros a quien ha hecho el mal, alivia. La justicia nos trae esa sensación de que algo va bien en el mundo, que algo funciona. Cuando esto no ocurre, cuando caso tras caso se acumulan grandes velos de oscuridad sobre nosotros, respirar se vuelve más pesado, el andar se hace más difícil. El miedo aparece. Y el miedo es una cosa jodida. Lo mismo paraliza que hace huir o hace enfrentar. Las más de las veces paraliza y hace huir.

Cuando hay impunidad en el ambiente, cuando esa impunidad es tan larga como la lista de víctimas de las diversas tragedias que ha vivido este pedazo de mundo desde su fundación hasta hoy - ojo, que la violencia armada es una tragedia - el miedo es cosa diaria. El miedo a ser uno más al que le pasa algo sin que nadie pueda hacer nada al respecto, el miedo que hace dar gracias a Dios a la gente porque sobrevivió un día más, el miedo que hace huir en medio de una madrugada dejando una casa y cosas atrás para intentar ir a sobrevivir a otro lado.

Y el miedo se puede atizar. Cuando uno está asustado, hasta la cosa más leve puede exacerbar la respuesta que ya está ahí. Y nuestros grupos de interés económico y político saben muy bien esto y lo usan de maravilla. La impunidad nos vuelve víctimas aparte de hacernos vivir con miedo de ser víctimas. De ahí que el caso de Katya Miranda y otros casos emblemáticos son importantes, porque cuando en ellos hay justicia abre una rendija de luz en medio de la tiniebla que amenaza con no cegarnos para siempre. Y ese rayo de esperanza bien vale una vida y muchas vidas, la tuya y la mía, invertidas en la gran lucha por la vida, por la paz, por la justicia y la solidaridad que es la fe suya y mía alineadas y puestas a trabajar.

Víctor

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Uno de fe y terquedad

Quiero creer.
Así de sencillo, siempre quiero creer.
Quiero pensar que es posible.
Quiero vencer mi recia armadura mental y sentir que se puede.
Que podemos.
Que vale verga, hay que probar.
Que lo peor que puede pasar es que no pueda, o me digan que no.
Es el ejercicio mental de vencer mi propio escepticismo, la marejada de dudas que llegan, la muy leve confianza.

En ese ir y venir se llega un primero de junio. Hemos votado meses atrás, pensando más que lo menos peor, es que elegimos aquello a lo que más fe pueda ponerse. A pesar de las dudas, a pesar de la desconfianza.

Se llega junio y el traspaso de mando. Pasan cien días, mil días, qué importa. Las cifras, ese fetiche de nuestros días, apuntan siempre cosas jodidas. La gente, azuzada por los gritos y la sangre sobreexpuesta es llevada al cauce a punta de despertar sentimentalismos y angustias encarnadas en las heridas aún abiertas. Gritan, dándose la espalda unos a otros. Sin reconocerse, desconfiando todos de todos.

Arriba, la buitresca, jalando de tendones y pellejos de una patria que aún no está muerta. En medio, los vociferantes, los que suben y bajan el volumen de los gritos según convenga.

Allí, en ese país es donde uno tiene que crecer la fe. Ahí es donde se debe construir. Ahí, justamente donde todos vamos tentando a oscuras, con la afilada daga en las manos.

Ahí se lucha, se cree, se cae y se vuelve a levantar, se construye y se ve caer todo a pedazos. Se sigue picando piedras con la fe de quien apunta a que un día habrá una catedral.

Ahí, arrojados a la barriga del monstruo, construimos. Ahí, donde todo muere, donde la fe la despedazan a dentelladas y luego hacen una fiesta de ello, seguimos adelante.

Aunque nadie mire el color con que manchamos las paredes. Aunque siempre nos quiten el volumen a nuestro grito de fe.

Aquí estamos.


domingo, 7 de septiembre de 2014

Del ruido

Unos días atrás hablaba con alguien del ruido. Ese molesto ruido alrededor de la realidad y del que he hablado otras veces. Un ruido que no te deja pensar y que te atosiga, te ahoga, te quita las ganas de hablar porque reina la insensatez, la mediocridad de opinión y la peor mediocridad interpretativa. Termina cayendo uno en el silencio elegido, en la opción de callar y observar, sabiendo que en la vorágine casi nadie se detiene ya a pensar, que casi nadie quiere escuchar algo que no sea su propia desesperación - muchas veces creada -, que nadie quiere entender, que solo quieren la píldora mágica que vuelva todo como en la publicidad que inunda las mentes de vidas plenas y pulcras, trópicos sin calor que atosiga, amores que no duelen y crisis que se superan a punta de conspiraciones universales de color de rosa.

*******

Luego pasa lo que pasa. En nuestra cara todo se cae a pedazos y los destructores se ríen mientras juegan con los pedacitos que apenas se habían construido. Y toca ver cómo, entre el ruido, entre la suciedad, adonde parece que nada crece, es menester intentar sembrar, abonar, tirar agua, sacudir el polvo. Algo.


miércoles, 3 de septiembre de 2014

33, unos apuntes

Los treinta y tres. Inevitable relacionarlo con la edad del buen Jesús y con una suerte de numerología que indicaría que uno ya ha alcanzado cierto punto. La expectativa de la sociedad es así: tenés que tener un cierto éxito, haber hecho esto, tener aquello y esto otro. Pendejadas.

***

Sé que no soy indispensable. Que soy único, irrepetible. Que intento ser bueno, hacer lo correcto o mi versión de lo que creo correcto, que es más honesto. Que el humano que he construido hasta el día de hoy me cae bastante bien. Lo veo al espejo y de frente puedo escudriñar su mirada con honesto aprecio. Lo miro y miro su historia y soy capaz de recorrer las múltiples e infinitésimas razones por las que es y está así. Y soy y estoy agradecido por cada una de ellas. El buen Dios, esa fuerza detrás de todo y a quien he ido aprendiendo a aceptar en su insondable voluntad y su absoluta misericordia  me ha concedido cientos, miles de razones para estar ahí, con el corazón caliente a pesar de ver la inmundicia rodeándo(me)(nos).

Soy un privilegiado. He recibido y sigo recibiendo tanto desde tantas partes y apenas puedo digerirlo. Dia a día veo la maravilla de la gente que me quiere, la gente que me recuerda, la gente que estuvo y que me ha olvidado. La gente que a pesar de mis yerros sigue teniendo el abrazo abierto para cuando me atrevo a volver.

Soy un privilegiado. Por eso digo que son pendejadas las expectativas del apartado previo. Mi éxito es poder verme a los ojos. Poder abrir los brazos y dar el mejor abrazo que puedo dar. Ver a mi familia más grande y aún junta. Poder abrir la mano y encontrar la mano de la Bea para seguir caminando. Poder ver a los amigos y saber que alguna vez, algún día recordarán mi nombre con un poco de dulzura, con tantito aprecio. Que alguna vez ayudé queriendo o sin quererlo a cambiar la vida de alguien, a que se sintiera acompañado, comprendido, querido o reafirmado. Saber que alguien siente o sintió en mi, un día, un momento, un segundo, un poco de esperanza.

Eso. Saber que un día caminé por el mundo, por sus vidas y que valió - al menos por un segundo - la pena.

Gracias



Acá, queda una lista con algunas de las músicas sentidas en estos 33 años.

martes, 27 de mayo de 2014

Ernesto, 10 años

Tambo, como nada, se hacen diez años desde aquella noche en que acabaron con tu vida. Diez años que llevo además preguntándome si me habrás visto cuando yo pasé frente a la parada donde todo pasó. Si el gesto que creo fue que reconociste que iba dentro de esa 44, y que me saludaste. No lo sé. Pero veo tu cara siempre que paso por ahí. 

Ayer me enteraba de otro cipote al que truncaron su vida. Él, como vos, quería un mundo mejor. Otro cipote, que como vos, hacía lo que podía desde sus capacidades para ayudar a los demás. También murió por un arma de fuego. Y quizá, su muerte, como la tuya, quede impune. 

Unos días atrás me enteraba de la muerte de otro de esos jóvenes. No lo conocí, pero conocí a su pareja. Y me contaron de su muerte. Y me dolió su muerte. Me duele cada una de esas muertes porque con ellas se acaba de a poquitos la esperanza. Se muere algo de cada uno de los que trabajamos intentando otro camino. Pero igual y renacen fuerzas, desde la rabia se arranca uno el dolor y sigue adelante, luchando hasta donde puede porque no hayan otros Ernestos, Kevin, Nelson y tantos nombres más. 

Nos veo, Tambo, caminando. Con tu nombre a cuestas, con el de Kevin, con el Nelson y el de tantos otros luchadores y luchadoras que en el camino han quedado. Eso que quisieron hacer algo mejor por su comunidad, por su país, por su familia. Pienso en esas muertes, en esa sangre derramada. Pienso también en los jóvenes que vi la semana pasada que volvieron deportados, dispuestos a volver a intentarlo. Dispuestos a aguantar lo que fuera para sacar adelante a su gente, dispuestos a salir a como fuera de esta realidad que no ha cambiado para mejor desde que te arrancaron del abrazo de tu mamá. 

Son diez años ya y lo digo fuerte, para no olvidarme que ha pasado tanto tiempo y no hemos logrado mucho. Diez años que duelen al verlos para atrás por tanta oportunidad perdida. Diez años en los que ha habido mucha lucha y mucho llanto. 

*****

En estos años, y más recientemente he encontrado muchos otros "como vos" pero ninguno sos vos. Muchos otros cipotes que entusiasman, que dan ánimo de seguir luchando, de buscar maneras cómo romper los cercos tras los que los encierran, los excluyen,los alejan entre sí. Jóvenes con quienes caminar por otros jóvenes, jóvenes que buscan quien crea, quien intente entenderles, quien apueste por ellos a pesar de todo. Por esos cipotes y cipotas de hoy, por vos y otros que alguna vez caminaron por mi y por otros, por todos esos otros Ernestos con quienes compartir el camino hay que seguir caminando. 

Por mamás como la tuya, por Rufina, por las mamás que siguen buscando a sus hijos desaparecidos en la guerra, las mamás de las y los desaparecidos en el camino a Estados Unidos, por las mamás de los jóvenes desaparecidos en esta locura fratricida de la posguerra; por ellos hay que seguir buscando la verdad y la justicia. 

Por que tu sangre, la de Kevin, Nelson. Óscar, Rutilio, Cosme y la de tantos otros ejemplos, testigos, sigan siendo motivo para vivir y luchar, para construir la paz. Por vos, ´por ellos, los seguiremos recordando. 


Víctor

lunes, 24 de marzo de 2014

Palabra de Profeta, palabra de Monseñor

Imagen de Aurelio Fred para la colección de los
40 años de la Pastoral Juvenil Brasileña
Hoy se cumplen 34 años del asesinato de Monseñor Romero. Siempre es buen momento para volver a hablar de él. O, mejor aún, de dejar que nos hable. En 2010 hice algo parecido, la intención es la misma: que escuchemos la voz del profeta que nos sigue hablando, llamando a enderezar nuestro camino, a buscar la justicia, a construir la paz, a construir un mundo donde vivamos todas y todos sin atropellarnos entre nosotros. Leamos:

De la realidad en el país y el compromiso con ella

El mal es muy profundo en El Salvador, y si no se toma de lleno su curación, siempre estaremos -como hemos dicho- cambiando de nombres, pero siempre el mismo mal (Homilía 23 de octubre de 1977)

No puede haber problemas si estamos hablando de las estrellas, hablando de las cosas que no tocan los problemas que ejercitan nuestra paciencia, nuestra fortaleza, nuestro compromiso de hoy en la historia (Homilía 4 de diciembre de 1977)

Salvadoreños, llamamiento de la Virgen a ser como ella: amad a vuestra patria, estudiad vuestra historia, conoced vuestra idiosincrasia, sed salvadoreños profundamente. Quizá no tenemos todos la culpa de no amar tan entrañablemente nuestra patria como María amó a su patria. La vemos a veces tan fea, nos sentimos tan desubicados en nuestra propia patria, que muchos prefieren mejor irse a otros lados. No sienten el hogar, no sienten la tradición, no sienten la alegría de la propia sangre, de sus paisajes, de la propia belleza de su tierra, ¡y es tan bonito El Salvador! (Homilía 1 de enero de 1978)

Corrupción, impunidad y otros males cuasi endémicos

Podemos describir situaciones bien vergonzosas de hombres que debían darnos el ejemplo de honradez en el puesto de su gobierno, en sus negocios, en su dinero. ¿Y para qué aprovechan esos puestos, esas situaciones? Ya no se puede hacer nada por el bien común, se hace por el egoísmo. ¡Ah, si se revisaran muchas contabilidades! ¡Ah, si se pidiera cuenta de muchas obras públicas! No se ha respetado la ley de Dios por aquéllos que debían de ser el modelo, los legisladores, los que mandan. Y en el pueblo, naturalmente, al ejemplo de los de arriba cunde la duda, la incertidumbre y el afán también de aprovechar. Entonces, tenemos una nación corrupta de arriba hasta abajo, porque se han olvidado todos de la ley de Dios, nos hemos olvidado de la ley de Dios (Homilía 18 de marzo de 1979)

Que no se queden tantos crímenes y atropellos impunes y que, aunque sean vestidos de militar, tienen obligación de rendir cuentas ante la justicia de lo que han hecho y sancionar debidamente si se trata de crímenes vulgares (Homilía 18 de febrero de 1979)

Es lástima, hermanos, que en estas cosas tan graves de nuestro pueblo se quiera engañar al pueblo. Es lástima tener unos medios de comunicación tan vendidos a las condiciones. Es lástima no poder confiar en la noticia del periódico o de la televisión o de la radio porque todo está comprado, está amañado y no se dice la verdad (Homilía 2 de abril de 1978)

¡No robarás! Qué examen de conciencia podíamos hacer aquí, hermanos, cuando el robar como que se va haciendo ambiente. Y al que no roba se le llama tonto. Y al que hace un negocio o emprende una obra y no saca su mordida -a veces de millones-, no ha sabido aprovechar. ¡No robarás! Otra cosa sería el país si no se robara tanto. Quiero hacer justicia a muchas personas que tienen dinero y que son muy honradas, y se quejan de que se les echa a ellos la culpa en todo. Nos hacen mirar hacia otra parte para decir: no son las catorce familias las culpables solamente. Van multiplicándose ya esos apellidos; van saliendo ex-funcionarios bien provistos para su porvenir. Se van multiplicando propiedades, casas, negocios. ¿Será todo bien habido? ¡Bendito sea Dios! Pero, si en el fondo está quejándose el séptimo mandamiento, no puede bendecir el Señor. ¡No robarás! Es la verdad, y lo que tienes lo has robado. Lo has robado al pueblo que perece en la miseria. Lo has robado. Hermanos, robar siempre será pecado (Homilía 18 de marzo de 1979)

Si hay una enfermedad en el pobre y en la clase media para abajo, esta es la enfermedad más terrible: ser víctima de la sociedad de consumo. Querer tener ya su televisor, querer tener ya también sus recepciones como las tienen los de más arriba, querer disfrutar la vida aun sin tener lo necesario para subsistir. El espíritu de pobreza es la mejor manera de conjurar esas tentaciones que aniquilan a la familia y la felicidad del hombre (Homilía 15 de julio de 1979)

De soluciones a los problemas de la patria

Cada uno de nosotros tiene que ser devoto enardecido de la justicia, de los derechos humanos, de la libertad, de la igualdad, pero mirándolos a la luz de la fe. No hacer el bien por filantropía. Hay muchas agrupaciones que hacen el bien buscando aplausos en la tierra. Lo que busca la Iglesia es llamar a la justicia y al amor fraterno (Homilía del 5 de febrero de 1978)

Uno de los mensajes más apremiantes de la Iglesia de hoy es que los cristianos salgan de una mentalidad individualista. Que ya no hablemos de "mi" salvación, "mi" religión, sino que la vivamos como Dios quiere que la vivamos: en pueblo. Nuestra salvación, nuestro peregrinar por la historia. Vamos como pueblo, como el pueblo israelita por el desierto: iba junto, comunitariamente, así vamos. (Homilía 19 de noviembre de 1978)

Privarse de algo es liberarse de las servidumbres de una civilización que nos incita cada vez más a la comodidad y al consumo sin siquiera preocuparse de la conservación de nuestro ambiente, patrimonio común de la humanidad. ¡Fíjense qué palabras, que aun hacen el bien en el campo material! "Somos víctimas de una sociedad de consumo, de lujo" Y estamos sacando cosas de consumo, porque la propaganda es tremenda, y tomamos cosas aun superiores a nuestro sueldo. Queremos vivir el lujo, queremos consumir como consumen todos y nos estamos haciendo víctimas, esclavos (Homilía 4 de marzo de 1979)

Yo quisiera decirles que todo esto, ¿quién no lo ve?, son síntomas de una crisis y de una injusticia estructural en nuestro país. Las cosas no se pueden arreglar con represiones, con violencias. Es necesario profundizar en un diálogo que verdaderamente sea diálogo. No monólogo en defensa de un sólo modo de pensar, sino diálogo en el cual se va dispuesto a buscar la verdad y a deponer actitudes por más queridas que parezcan. Si no es así, no podremos salir de esas raíces de donde brotan tantas cosas desagradables (Homilía 17 de junio de 1979)

El diálogo no se debe caracterizar por ir a defender lo que uno lleva. El diálogo se caracteriza por la pobreza: ir pobre para encontrar entre los dos la verdad, la solución. Si las dos partes de un conflicto van a defender sus posiciones, solamente saldrán como han entrado (Homilía 20 de noviembre de 1977)

Vivimos una hora de lucha entre la verdad y la mentira; entre la sinceridad, que ya casi nadie la cree, y la hipocresía y la intriga. No nos asustemos, hermanos, tratemos de ser sinceros, de amar la verdad, tratemos de construirnos en Cristo Jesús. Es una hora en que debemos tener una gran sentido de selección, de discernimiento (Homilía 30 de julio de 1978)

Para los profesionales
Yo no soy técnico ni en sociología, ni en política, ni en organización, simplemente un humilde Pastor que le está diciendo a los que tienen la técnica: únanse, pongan al servicio de este pueblo, todo lo que ustedes saben, no se encierren, aporten. Entonces sí se practicará el derecho y la justicia (Homilía 20 de agosto de 1978).

Hermanos, en nombre de Cristo, ayuden a esclarecer la realidad, busquen soluciones, no evadan su vocación de dirigentes. Sepan que lo que han recibido de Dios, no es para esconderlo en la comodidad de una familia, de un bienestar. Hoy la patria necesita sobre todo la inteligencia de ustedes. (Homilía 6 de agosto de 1978)

No hay que mirar las profesiones únicamente como medios para ganar dinero e instalarse política o socialmente. Hay que buscar, como están haciendo ahora los jóvenes, el servicio a la humanidad, el mejor rendimiento de mi vida no para ganar, sino para servir (Homilía 24 de septiembre de 1978)

Para los jóvenes: 
Que se capacite a los niños y a los jóvenes a analizar la realidad de su país. Que los prepare para ser agentes de transformaciones, en vez de alienarlos con un amontonamiento de textos y de técnicas que los hacen desconocer la realidad. Así hay muchos técnicos, muchos sabios, muchos profesionales que saben su ciencia, su profesión, pero que son como ángeles, desencarnados de la realidad en que actúan su profesión. Lo primero que debe buscar una educación es encarnar al hombre en la realidad, saberla analizar, ser críticos de su realidad. Una educación que sea educación para una participación política, democrática, consciente. Esto, ¡cuánto bien haría! (Homilía 30 de abril de 1978)

Hay que darle a la juventud, a la niñez de hoy, una sociedad, un ambiente, unas condiciones donde pueda desarrollar plenamente la vocación que Dios le ha dado... Hay que proporcionar al ambiente unas situaciones en que el hombre, imagen de Dios, pueda de veras resplandecer en el mundo como una imagen de Dios, participar en el bien común de la república, participar en aquellos bienes que Dios ha creado para todos (Homilía 7 de mayo de 1978)

Tiene que proponer la Iglesia...una educación que haga de los hombres sujetos de su propio desarrollo, protagonistas de la historia. No masa pasiva, conformista, sino hombres que sepan lucir su inteligencia, su creatividad, su voluntad para el servicio común de la patria (Homilía 15 de enero de 1978)

Jóvenes, en ustedes la Iglesia se renueva, en ustedes el Espíritu de Dios es como agua fecunda para la humanidad de esta arquidiócesis que vive en esta noche un Pentecostés no sólo en su Catedral, sino en todo el ámbito de sus fronteras, gracias a que ha habido mártires que han sido nobles…Que ustedes sean ese reverdecer (Vigilia de Pentecostés, 13 de abril de 1978)

Me quedo con unas palabras finales. Para no perder perspectiva. Para saber de donde venimos, y hacia donde debemos ir. Que no se nos olvide. 

"Lo que hay que salvar ante todo es el proceso de liberación de nuestro pueblo. El pueblo ha emprendido un proceso que ya le ha costado mucha sangre y no se puede echar a perder. "
(Homilía 6 de enero de 1980)

Esto fue palabra de vida, de nuestro profeta, de nuestro Monseñor

Gracias a Dios



jueves, 13 de marzo de 2014

Un año atrás, Francisco

Como en el paisito electoral siguen los dramas y triquiñuelas, daremos tiempo a que se oficialice del todo todo lo que ya se sabe,  y recordaré algo que ha sido sumamente importante para mi y para muchos otros católicas y católicos en el mundo.

Tiro una hilera de tweets de aquel día, hace un año exacto y casi a la misma hora:








Y esto puse en mi FB, compartiendo un artículo sobre su presentación:



Me releo y siento mi propia desconfianza y a la vez la gana de tener esperanza nuevamente. Esperanza que se ha ido viendo animada por los gestos de un hombre que tiene el peso de conducir una de las instituciones sociales más grandes y determinantes en la humanidad. Una que tiene el potencial de cambiar cosas para bien, para hacer de este mundo un lugar distinto, mejor.

Queda mucho por hacer. Mucho. Todos los días me lo recuerda saber que en la tierra donde vivo, la jerarquía y su corte han ido en sentido contrario al esperado, que los mismos fieles excluimos, apartamos, segregamos y nos dividimos. Que vamos con toda pompa y circunstancia clamando al cielo, ufanándonos de nuestro lindo rito y nuestra purísima vida de gracia mientras vamos deshaciendo las pocas posibilidades y signos que nos pueden llevar por el camino de la paz, la justicia y la solidaridad.

Hoy elevaba una oración por el Papa, pero pensaba en nosotros, en nuestro compromiso por hacer de este mundo un lugar donde todos cabemos, donde todos podemos vivir. Pensaba en nuestro afán diario por tener más, por ser más, por ganar siempre. Pensaba en esa incapacidad de conmovernos, de empatizar, de confiar, de escuchar, de servir para algo que vaya más allá de nuestro propio beneficio.

Eso. Antes, en este blog, solía hablar de los gestos que no perecen. Los del Papa, que han hecho buen ruido en este mundo tan fácilmente dado a detestar a una institución tan antigua,  no habrán de caer en el olvido, a pesar de lo vano de la fama en este mundo. A ver si nosotros empezamos a hacer también, de una vez, gestos que desde la sencillez, desde el desprendimiento, desde la búsqueda de unir, desde el sentir con el otro, vayan transformando este mundo.

Víctor

miércoles, 5 de febrero de 2014

Apuntes desperdigados por la elección presidencial

Pasó la primera elección, ganó el Frente y ARENA perdió otro montonazo más de votantes en su proceso de descomposición acelerado por sus luchas de poder internas, cada vez más evidentes y más dañinas. El frente, por su parte, aprovecha este proceso, consolidando su nucleo duro y aprovechando las ventajas de tener el poder. No es que haya hecho mucho, pero las diferencias han sido suficientes para sostener una ventaja importante sobre su principal contrincante a pesar de la elección de su fórmula presidencial. 

De a descomposición de la derecha, usualmente aglutinada alrededor de la alguna vez granítica fuerza unificadora de ARENA, seguiremos viendo nuevos capítulos. Si las cosas van con cierta lógica, tendremos cinco años más de gobierno del Frente. Y de ahí, el show de la recomposición de la derecha, que parece no haber entendido que el tiempo del gobierno estilo mandador de la finca del patrón ya no les va y que tendrán que ajustarse de otras maneras. Falta por ver, puesto que paralelo a la debacle electoral siguen saliendo los trapos al sol de la corrupción que se tapó por mucho tiempo. ARENA, disminuida y sin triunfalismo que unifique, habrá de escudriñar sus heridas y quien sabe qué salga de todo eso. 

Mientras eso pasa, el Frente pesca y seguirá pescando en rio revuelto, y conseguirá apoyos de los otrora aliados de ARENA, sumando una muesca más en el inventario de las contradicciones que viene acumulando según avanza en su particular historia. La transformación de este habrá de valorarse en el tiempo. Ya hemos visto signos de sus luchas internas, pero de ellas ha salido un núcleo bastante sólido que habrá de conservar cierto nivel de poder por un buen rato, pues incluso puede perfilarse desde ya quienes pueden ser sus siguientes cartas electorales. Los disidentes de este partido ni han logrado acumular fuerza ni han ganado credibilidad suficiente para convertirse en motivo de preocupación en el futuro cercano. 

Pero hay más qué decir. Si bien un triunfo del Frente es razonablemente previsible, hay más tela que cortar.

El petate de siempre. E

El salvador, tierra donde se agita el petate
Con Ligia lo apuntábamos en Psicoloquio: el petate del miedo ha sido agitado una vez más, con la cada vez menos disimulada ayuda de las principales empresas de comunicación y propaganda del país. Estos sectores, históricamente ligados a la derecha más cavernaria - eso de ofrecer garrote a todo el mundo no es algo demasiado pos modernista que digamos - han enarbolado la banderita tricolor tras cada noticia en los últimos meses. Desde que el patrón les jaló las orejas y dijo que este macho es mi mula, se fueron callando las voces disidentes en el partido - al menos en esos medios - y todos se sumaron al tren. Esto va ser peor en este mes. En general, están desatados en su verborrea pro tricolor y anti FMLN y eso no va cambiar porque, esencialmente, eso vende. Los partidos compran espacio, las polémicas generan audiencia y así seguimos engordando las cuentas de estas empresas que aparte, rascan su poquito con cualquier gobierno.
La pregunta es ¿funcionará aún la estrategia del ♫cuidado bañistas que ahí viene el tiburón♫ como estrategia electoral? Si antes de la elección sonaba a patadas de ahogado, hoy quien sabe si funcione para reducir esa brecha de 268,176 votos de diferencia..

Como fuere, debería llamarnos la atención que toda la historia reciente vengan asustándonos: que si los comunistas, los terroristas, los desmovilizados, los secuestradores, los mareros, los chavistas, los que roban el nylon y hacen llorar al candidato y después salir envalentonado a decir que ya sabe lo que va a hacer (segurito tuvo de quienes aprender, ¿no?).

Autoritarismo por doquier

Debería también llamarnos la atención que de las cinco alternativas que existían para elegir presidente  tres enarbolaron el autoritarismo militar como apuesta central en su agenda de seguridad pública. No deja de resultar curioso cómo quienes dicen defender la libertad están a la espera de restringirla. Y lo que nos debería llamar la atención es la resonancia de estas alternativas  en la vox populi azuzada por los medios. No cuento con el enlace a la mano pero hace no mucho alguien apuntaba a la tendencia pro autoritaria que puebla la mentalidad de nuestra gente. Y eso se refleja en la clase de propuestas que se obtienen en estas elecciones. La gente recibe de brazos abiertos una solución de este tipo para lo que sea que les vendan como amenaza. Esa tendencia, sumada a la peligrosa desidia con que abordamos cada tema de importancia en el país - esperando que alguien más se haga cargo, de preferencia si suena a un caudillo -, nos está poniendo en un predicamento peligroso desde hace ratos. Cuando vengamos a abrir los ojos, quizá sea -hoy si - , demasiado tarde.

De esas cositas de campaña

Entre tantas cosas que han salidas en campaña, me quedé con cómo se ha apuntado los cañones con la edad de Sánchez Cerén y el que sea profesor. Menudo futuro tenemos si ser viejo y enseñar a otros son motivos válidos para hacer chiste. 

Anular el voto

El blanco combina con todo. Dicen.

Iba a escribir más cosas pero por ahora está bueno. Tengo sueño y ya van cuatro veces que escribo este post desde una semana antes de las elecciones. Salú

lunes, 13 de enero de 2014

Apuntes al primer debate presidencial

El llanto parece que se hizo presente. 
Anoche fue el primer debate foro presidencial, evento inédito en nuestra historia, y que entre otras cosas nos deja la sensación de que hay mucho por decir, porque en general no se dijo mucho. A continuación unas cuantas impresiones que me dejó en la media hora que toleré verlo/escucharlo.


  • Un debate implica intercambio y lo único que se intercambió fueron miradas colochas entre candidatos y presentadores. ASDER y el TSE lo publicitaron como debate, pero de eso, neles pasteles.
  • Tan tiernos estamos en esto, que la producción del evento tuvo problemas de audio y un presentador más que un moderador. 
  • Los candidatos principales llegaron a su aire, con los discursos muy bien ensayados - hasta parecía que estaban leyendo -. El toque de variedad lo puso los candidatos de los otros dos partidos, que con alguna frase pintoresca y algunas ideas traídas por los pelos pusieron algo distinto a la velada. 
  • ¿Escuchamos/vimos propuestas ayer? No. El foro fue una continuación de una campaña mediática bien calculada según cada quien: Quijano dándole al tema de la inseguridad, Sánchez Cerén dando la idea de mantener lo bueno que ha hecho este gobierno y Saca yendo por la vía de las necesidades inmediatas de los jóvenes y las mujeres. 
  • El formato del foro, las capacidades de los mismos candidatos y, más que nada, la oferta que trae cada uno bajo el brazo determina la pobreza de lo que vimos anoche. En la medida en que la foerta es pobre, el candidato tiene limitadas capacidades y el formato facilita traer un discurso armado, lo de anoche acabo decepcionando a todo el mundo.  
  • Valga decir, que al ser el foro una continuación de la campaña, no vimos nada distinto: la campaña ha sido -como siempre - un asco hostigante y perenne del lado de ARENA, una cosa risible de parte de Unidad y un mensaje muy distinto de parte del Frente - habrá que ver qué tanto ayuda a sus  candidatos tener flow -.
  • Las "propuestas" que salieron ayer son un reflejo de lo que nos atrevemos a pedir. Que la seguridad sea el tema de agenda principal, antes que la educación o la salud habla de cómo el discurso mediático sobre el mismo ha calado profundo en los últimos quince años - que es donde más se ha subrayado como bandera de campaña -. 
  • Valga decir, el espectro político de este país es cuatro propuestas de derecha y una de izquierda(s). Así se reparte el pastel. 
  • Peligroso el mensaje transmitido desde estas cuatro propuestas de  derecha: estado de sitio, militarización, ley marcial, toque de queda. Aquello del vale todo oficializado. 
  • La sensación generalizada es de poca o nula esperanza. Siempre hemos tenido la sensación de elegir el menos peor y anoche se confirmó esa idea. Las propuestas, o las ideas transmitidas dan sensación de estar sumidos en un agujero y lo que se propone no abona nada novedoso, ni  mucho menos transmite esperanza. Entre los que quieren mantener lo logrado y los que creen que van a recuperar esto en 100 días estamos rejodidos. 
  • Vendrán nuevos eventos electorales y se volverá a la idea del debate, como si - igual que la elección - fueran la solución a problemas mucho más complejos. Para entonces quizá se avance un poco más en su calidad - en términos de producción - pero seguirá siendo reflejo de la altura a la que nuestro sistema político partidario se encuentra. Y esto será reflejo de la sociedad que estamos construyendo. 
  • Si queremos calidad, hay que construirla, participar y hacer crecer la capacidad de diálogo y propuesta entre nosotros mismos; para los partidos es fácil mantener las cosas como están si no hay quien demuestre lo contrario. Ayer tuvimos otra evidencia más de que es eso lo que tenemos que tomarlo entre nuestras manos.