domingo, 3 de febrero de 2008

P. Cosme Spessotto, Mártir


Presiento que, de un momento a otro, personas fanáticas me pueden quitar la vida.

Pido al Señor que al momento oportuno me de la fortaleza para defender los derechos de Cristo y de su Iglesia. Morir mártir sería una gracia que no merezco. Lavar con la sangre, vertida por Cristo, todos mis pecados, defectos y debilidades de la vida pasada, sería un don gratuito del Señor.

De antemano perdono y pido al Señor la conversión de los autores de mi muerte. Agradezco a todos mis feligreses que con sus oraciones y con sus manifestaciones de aprecio, me han animado a darles el último testimonio de mi vida; para que ellos también sean buenos soldados de Cristo.


Espero seguir ayudándoles desde el cielo.

F. Cosme Spessotto.
(Testamento Espiritual del Padre Cosme Spessotto Ofm., encontrado en la gaveta de su escritorio en un sobre con el membrete: abrirse en caso de muerte repentina)


San Juan Nonualco



Por mi trabajo me ha tocado estar visitando varios pueblos de la zona paracentral del país. Uno de ellos guardaría especial significado, no tanto por las dificultades que hubieron para trabajar allí - burocracia, mal endémico en nuestras instituciones públicas y privadas - si no porque allí vive el recuerdo de uno de tantos religiosos que en la época más trágica para la Iglesia Católica en nuestro país, alumbraron con sus actos y con su ejemplo hasta la muerte a quienes desde su práctica de la fe en el Dios de la vida y el amor buscaban hacer de su mundo un lugar mejor para todos y todas.


En ésta ocasión hablo de San Juan Nonualco, y del Padre Cosme Spessotto Ofm. El Padre Cosme nació en el pueblo de Mansué, provincia de Treviso (Italia), el 28 de enero de 1923. Desde su infancia fue muy religioso. Ingresó al seminario San Pancracio Barbarano a los 12 años de edad, en la orden de frailes franciscanos. En 1939, con 17 años, inició su noviciado formalmente, y un año después hizo su profesión de votos religiosos. Fue ordenado sacerdote el 27 de junio de 1948, cambió su nombre, Santos, por Cosme, uno de los mártires de la Iglesia católica.

El padre Spessotto arribó a El Salvador vía marítima el 4 de abril de 1950. Desde entonces hasta 1952 e desempeñó como párrroco en San Pedro Nonualco. Luego, sería durante 27 años más el párroco de San Juan Nonualco, donde entre otras obras, introdujo el cultivo de la vid, y y además impulsó la construcción del templo principal y la escuela parroquial.

San Juan Nonualco

El P. Cosme es descrito en su biografía (elaborada por fray Claudio Bratti) como profundamente piadoso, humilde, servicial con enfermos o necesitados de ambos bandos políticos y respetuoso del celo católico. Su labor fue muy fructífera en San Juan Nonualco, donde además de las referidas obras trabajó por las causas de las personas mas necesitadas.

Esta sensibilidad hacia los problemas de las personas mas pobres llevaría a volverle una persona incómoda para quienes detentaban de manera práctica el poder en el pueblo: las fuerzas represivas y el ejército; y su celo por el respeto a la Iglesia Católica y a sus símbolos le trajo la desaprobación de quienes entonces luchaban por cambiar las formas en que se ejercía el poder.

Y cuentan que el P. Cosme tenía amor para ambos grupos y también firmeza para con ellos. Pero sobre todo estaba comprometido con la causa de los mas pobres, los que mas sufrían las injusticias de unos y pagaban con sangre las luchas de los otros.


"De antemano perdono y pido al Señor la conversión de los autores de mi muerte."

Es así como el P. Cosme comienza a ser objeto de amenazas a la vida, colaboradores suyos perecieron o desaparecieron, indicándole al P. Cosme lo que los poderes terrenales le deparaban a aquellos que buscaban la justicia y la libertad desde su quehacer diario. Es así como en algún momento escribe esa carta que ven al principio de éste post. Y así fue como terminó:

Fray Cosme está hincado a un lado del sagrario, tiene un libro entre sus manos. La nave de la iglesia de San Juan Bautista, parroquia de San Juan Nonualco, está vacía. Sólo tres monjas rezan en el ala norte.
Afuera, sentados en las gradas del costado sur, dos individuos reciben sin responder las “buenas noches” que les da fray Filiberto.
El fraile ve a Cosme postrado de rodillas, como de costumbre, y pasa de largo hacia la sacristía, pues debe revestirse con los ornamentos para oficiar la misa de las 7:00 de la noche. Es el 14 de junio de 1980.
Las hermanas dejan de rezar y salen del templo. Cosme está absorto. Mientras las religiosas bajan las gradas del costado norte, varios disparos rompen el silencio. Una bala, carne y hueso. Otra penetra una de las columnas a un lado del altar.

Pintura sobre el martirio del P. Cosme Spessotto

La sangre corre y empapa el hábito que los parroquianos recién le habían regalado. Los asesinos huyen. Las religiosas están petrificadas y Filiberto abandona la sacristía para encontrar al padre Cosme tendido en el suelo. Aún respira y murmura: “¡Perdón!... ¡perdón!”.




"Espero poder seguir ayudándoles desde el cielo"



Tumba P. Cosme Spessotto

En San Juan Nonualco la gente confió en las últimas palabras de la carta que encontraron en su escritorio. Y así el P. Cosme siguió escuchando las peticiones de su pueblo, pero ahora, para dirigirlas directamente al único que puede solucionar aquellos problemas que a él como hombre le superaron en la tierra.

Y como testigos de la efectividad de sus intercesiones han quedado alrededor de su tumba muchos testimonios donde la gente pobre expresa su gratitud al padrecito Cosme. Así pues se le ha buscado llevar a los altares de la Iglesia Católica.

Testimonio

Su causa empezó a ser investigada en 1998 por el sacerdote franciscano Claudio Bratti y desde 2000 espera, en los archivos de la Congregación para la Causa de los Santos, por una apertura fructífera.

Pero como ocurre con Mons. Romero, para nosotros, ya es santo.

Victor


Las fotos son de mi autoría, pueden verlas en mayor resolución al hacer click en ellas.
Enlaces con información al respecto del P. Cosme

4 comentarios:

Carlos Trio dijo...

Hay muchos mártires que la gente no suele conocer, muy buena tu reseña de esta gran gran gran persona, Cosme Spessotto.

Siempre he admirado, y siempre por siempre admiraré el valor con que estas personas acompañaron a su pueblo hasta las últimas y mortales consecuencias.

Como Mons. Romero, son santos que quizá nunca sean santos en El Vaticano, pero eso es lo que menos importa, pues ya recibieron la canonización popular.

Excelente post Victor, saludos

Victor dijo...

Gracias por pasar, Carlos.
Creo que es importante que estos testimonios se conozcan, no solo para que no caigan en el olvido endémico de nuestra gente, si no además para que nos animen a seguir sus luchas.

Saludos

Anónimo dijo...

"...Heroínas (Héroes) populares
Duermen su sueño celeste.
Desde que ustedes murieron
Se hizo más grande la muerte...."
Oswaldo Escobar Velado
Romance de las Dos Mujeres
Poemas con los ojos Cerrados.

El rescate de la memória histórica es muy importante para que logremos alcanzar se una mejor sociedad que la que tuvieron estos mártires.

Y el olvido de esta memória histórica es la lucha de quienes han manchado con sangre sus manos.

Gracias por este Post.!

Anónimo dijo...

Se parece al damejiar!!!