No hemos terminado de digerir aún el tema de las resoluciones de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, y el papelón que se echaron a su conveniencia las cúpulas de los partidos políticos para mantener cierto nivel de influencia en dicho órgano del estado y ¡pum! ya estamos en campaña rumbo a las presidenciales de 2014.
Lo dijo esta mañana Monseñor Escobar Alas: Es ridículo estar ya en campaña cuando faltan dos años para las elecciones. Es desgastante, mucho más con la bajeza con que se suelen conducir las campañas en nuestro país. Más aún con el candidato que va tener más presencia mediática: Norman Quijano, a quien los medios le dedicaran sendas primeras planas.
Tras varias semanas metidos en esto, la nominación de Quijano - Nylon man, para no olvidar - se venía retrasando para desespere del sujeto en cuestión y de la caterva de ex funcionarios de pasadas gestiones areneras con que se rodea en la Alcaldía de San Salvador.
Nylon man, para no olvidar |
Con esta nominación, y la anterior nominación de Sánchez Cerén por parte del Frente, queda abierta la campaña por las presidenciales. Ya estaba abierta desde antes, pues acá todo se conduce al ruedo electorero, pero ahora y gracias al seguimiento al pie que harán las empresas periodísticas más grandes del país tendremos Norman hasta en la sopa. Y falta aún que entre Saca con su propio poder mediático que le ha mantenido en el "top of mind" mediante programitas de historia, motivación, autoayuda y demás yerbas en cada radio a la que tiene alcance.
Hoy, a dos años de las presidenciales, pareciera más vertiginosa esta vorágine electorera. Sin importar cuál sea el tema, cúal sea el ruedo en donde se debaten los de siempre, todo se lleva a los cauces de las votaciones. Y así vamos como país, en la espiral de la partidocracia, de la cupulocracia, vamos cada vez más rápido, distinguiendo cada vez menos y ahogándonos cada vez más.
Víctor
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