jueves, 19 de julio de 2007

Una pregunta necesaria

El martes, mientras manejaba hacia a la casa de mis abuelos, escuchaba un programa que pasan en la YSUCA por las mañanas, en el que el conductor y oyentes que participan vía telefónica reflexionan sobre el trozo del evangelio que se lee durante la misa de ese día en todo el mundo.

Ese día en particular se reflexionaba sobre ésta lectura, tomada de el Evangelio según San Mateo, capítulo 11, versículos del 20 al 24. Básicamente, en la lectura, se narra cómo Jesús recrimina a gentes de ciertas ciudades por que no se han convertido, a pesar de que ellos han recibido muchos milagros de su parte.

No es una de las partes del evangelio en las que yo habría reparado en mis ahora muy esporádicas lecturas de la Biblia (hace años la leía con frecuencia), sin embargo en el programa en cuestión, el conductor lanzó una pregunta para la reflexión: Ok, a esas ciudades se les reclamó que habían recibido tantos milagros y sin embargo seguían en las mismas de siempre. Y si Jesús viniera hoy, ¿qué nos reclamaría a nosotros como El Salvador?

Habrá quienes no validen la pregunta por cuestiones de creencias, pero creo que más allá de diferencias religiosas es un cuestionamiento válido de hacernos como grupos sociales que compartimos una nacionalidad - aunque ese concepto sea algo difuso -, como personas que conformamos una sociedad, a la que se menciona a cada rato: la sociedad salvadoreña.

Mucho se habla de las virtudes de éste pueblo del que formamos parte, se han hecho canciones, poemas, discursos, se ensalzan las capacidades de nuestra gente: que si trabajadores, que si sobrevivientes, que si "vivos", y la lista viene saliendo larga. Encontramos solidaridad en nuestra gente, hospitalidad, alegría, una enorme resiliencia ante las adversidades, creatividad para sobrevivir en cualquier condición; mejor retratado no pudo quedar en aquello que dijera Roque: "los hacelotodo, los vendelotodo, los comelotodo..." Encontramos muchas, muchísimas cosas buenas en nuestra gente, y en el pedacito de mundo en que vivimos también hay cosas lindas. En suma, hay muchas cosas buenas, aunque no siempre nos fijemos en ellas.

Pero aún con esas virtudes, tenemos grandes deficiencias como sociedad: personas con hambre, personas sumidas en la pobreza, niños que van a trabajar en lugar de ir a la escuela, niños que mueren por enfermedades que pueden prevenirse, una riqueza económica repartida de una manera degeneradamente desigual, un sistema social dividido, gente que en la satisfacción de sus aspiraciones (económicas, políticas, de poder) no le importa pasar por encima de quien sea, gente que manipula el orden social para satisfacer las aspiraciones de su grupo social de referencia, gente que huye de la situación económica y de seguridad del país, instituciones sociales en las que nadie confía, jóvenes matándose entre sí por razones absurdas, víctimas a quienes no se les ha hecho justicia, criminales que no han pagado por sus crímenes, un sistema social que genera exclusión, mujeres que son sistemáticamente hechas a un lado por un sistema cultural misógino... y la lista puede continuar con todo lo que usted quiera ponerle.

Jesús vendría y preguntaría porque El Salvador sigue igual, porqué no se ha convertido. Y nos reclamaría a nosotros por nuestro papel en todo eso. Nos preguntaría por nuestra solidaridad, nos cuestionaría si no somos también de los que favorece la corrupción de nuestro débil sistema social, nos cuestionaría sobre nuestra falta de sensibilidad hacia los demás. Y ojo eh, que no podemos decir que no sabemos de que va el asunto. A diario tenemos ejemplos que nos reclaman, a diario sufrimos esos problemas que debemos transformar. Y no es cuestión de decir, ah el gobierno lo tiene que hacer. Es cosa de todos, es de asumir la parte del trabajo que nos toca.

Todos esos problemas sociales no existen por sí mismos, no fueron generados espontáneamente, surgen de una serie de relaciones que se han ido dando en la historia de nuestra sociedad, han surgido en y de ella. Son productos sociales, pues. Y como productos sociales que sufrimos en mayor o menor medida, son susceptibles de ser alterados por esa misma sociedad que les generó y les sostiene. La pregunta, el reclamo necesario es porque habiendo tantas cualidades en nuestro pueblo, habiendo tantas cualidades que pueden ser útiles para estar mejor todas y todos, porqué no estamos mejor si no igual o peor cada vez. Porqué siguen perviviendo en nosotros esos males de los que nos quejamos a diario con nuestros familiares y amigos, porque mantenemos las situaciones que nos incomodan tanto.

No vale decir que persiste el conformismo, que el fatalismo campea en nosotros, ese cuento es mas viejo que el de los comunistas bravos barbudos y come niños. Porque las soluciones ahi nos las vienen diciendo, hay una tanatada de programas, de foros, de publicaciones en las que se proponen soluciones. El asunto es quienes se animan a dar el primer paso para que esas propuestas se ejecuten, quienes van a forzar a los partidos políticos a que nos representen con eficiencia, quienes van a alzar su voz (aunque corran el riesgo de ser acusados de terroristas) en contra de esos problemas, quienes van a comenzar a dar pasos hacia la solidaridad y no hacia el egoísmo, quienes van a dejar de permitir y/o promover la corrupción, quienes van a dejar de pasar por encima de los demás para satisfacer sus caprichos.

El reclamo no es sólo hacia los cristianos, si no hacia todos y todas, lo que se plantea como tarea para nosotros, para nuestro bien y el de todas y todos no es tarea fácil, pero por algo hay que ir comenzando.

Que pasen buen fin de semana, mis crazy diamonds.

Victor

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Mi abuela se ha puesto un poco peor de sus problemas de salud y eso me tiene viajando a diario a su casa. Es cansado y me obliga a posponer algunos proyectos personales, pero vale la pena devolverle un poquito a quien se sacrificó tanto por mi mamá. Por otra parte, este continuo viajar me ha abierto una pequeña rendija a una posible oportunidad de trabajo, espero que ambas cosas salgan bien. Fuera de eso, todo bien. Esto, por si se preguntaban como he estado. Saludos a quienes pasan por acá desde hace tiempo, siempre son bienvenidos y esperados sus comentarios.

3 comentarios:

Mariocopinol dijo...

practicamente se necesita una revolucion para cambiar tooddddoooo lo q planteas en tu radiografia de ES, hace falta ver si hay gente dispuesta a llevarla a cabo, no es necesario hablar de ir a las montañas, lo ideal seria q existiera un entendimiento colectivo y el Señor se olvidó de dotarnos de ese elemento clave en este terruño, asi q solo falta ver si se puede lograr algo a pura fe y oracion

Victor dijo...

Fijate Mario, que creo que ese entendimiento nace de nuestras voluntades. Dios nos dispone los medios, pero es decisión de nosotros usarlos. No es algo que haya que cambiar a base de oración, en cualquier caso será en oración en la acción que hay que hacer, es cuestión de que cada uno revise su propia vida y encuentre ese reclamo y haga algo por cambiarlo. el simple hecho de revisar la propia vida y hacer algo por cambiarla ya supone un acto revolucionario: tan dados estamos a revisar la vida de otros y exigirles cambios y no lo hacemos no la propia existencia.

Saludos

Victor

Carlos Trio dijo...

Importante es que resañas Victor, que muchas veces clamamos macrosoluciones cuando en nuestro entorno cotidiano somos egoistas con las personas que lo necesitan.

Se requiere que todos demos nuestro granito de are... digo... nuestro granito de ayuda.

Saludos, y ojalá se mejore tu abuela...