domingo, 18 de marzo de 2007

El lago de Suchitlán, las represas y la gente.




Comparto con uds. éstas imágenes del lago artificial de Suchitlán del que la información del ministerio de Turismo indica que fue creado en 1973 y que es la superficie lacustre más grande del país y que recientemente fuera declarado como sitio RAMSAR.






Pongo las fotos con el ánimo de compartir con uds. dos cosas, una un bonito paisaje de nuestro país, la otra, una reflexión surgida al ver las protestas que se han ido dando a raíz de los proyectos de construcción las represas de El Cimarrón, el Chaparral y El Tigre.

Históricamente, cuando éstos proyectos se van a ejecutar en nuestro país se cuenta poco o nada con la opinión y la propia vida de la gente que vive en los lugares donde se llevarán a cabo los mismos. Generalmente se les conmina a vender sus terrenos a un precio risible en comparación al precio real que éstos tienen y a quienes se oponen se les llama entre otras cosas retrógradas, anti progreso y similares (algun diario por ahí los llamará revoltosos y comunistas en sus "profundos y reflexivos" editoriales).

Un día de éstos discutía con un amigo sobre éste tema, veniamos escuchando en la YSUCA las declaraciones de una gente que hacia una protesta sobre la construcción de la represa de El Cimarrón y de allí surgió la plática. Entre otras cosas, señalabamos dos cuestiones: mientras los terrenos se valoren en términos de varas cuadradas y las personas en términos de números, "estamos jodidos, mano". Y ésto porque se sabe que un lugar, la casa de nuestros padres, por ejemplo, es un inmueble, no tiene vida, no nos responde, es una armazón de materiales de acuerdo a un patrón establecido por una persona y que desempeña una función de resguardo. Objetivamente se habla de un inmueble en términos de espacio, superficie cosntruida, plusvalía, y cosas así. Números pues, esos con los que quienes los manejan a la perfección pueden hacer maravillas, como cuadrar una planilla, desaparecer por arte de magia millones de dólares y que parezca todo bien correcto y cosas por el estilo.

Sin embargo cada quien tendrá su recuerdo asociado a ese inmueble donde viven o vivieron nuestros papás , comenzando por el significado éste: no es la casa uno del pasaje azul de la colonia Pispisigaña. Sabemos que ésa es la dirección del lugar adonde probablemente crecimos o estamos creciendo (quienes crecimos con nuestros papás), que en uno de esos cuartos quizas tuvimos nuestros primeros escarceos con el novio o novia, que en el comedor tuvimos una pelea fuerte con nuestr@ herman@, que una de las paredes tiene un par de letras en un corazon como seña de un enamoramiento del pasado, y quien sabe qué más recuerdos.

Supongamos ahora que vienen y nos dicen que vendamos esa casa a un precio inferior a su precio real, y que si no queremos venderla por retrógrados obstáculos del progreso rampante en que está nuestro país-unido-no-violento-y-lleno-de-riquezas pues no las expropian, así nomás. ¿No es tan fácil no? A menos que suframos un desapego emocional de una indole que nos haga querer desaparecer esa casa (que los habrá quienes creen que con eso desaparecen los malos recuerdos), no será fácil deshacernos de un lugar al que se asocia parte de nuestra historia personal.

Supóngase ahora que le dicen que usted y toda su comunidad, con la que ha vivido varias cosas, con las que existe una amistad, una camaradería, o al menos una relación de amor odio o solo de odio fingido, se van a ver adonde consiguen casa, pues alli les dan su dinerito (poco, por eso el diminutivo) para que vean donde se van. Suena feo perder los vínculos con la gente que constituye su marco de referencia más cercano luego de la familia, más aún si usted vive en el campo donde la anomia social no es tan jodida como en la capital donde a pesar de que vivimos apretados como sardinas nos conocemos cada vez menos con nuestros vecinos porque peligroso y son asaber-qué.

Supongase ahora que a usted le plantean la necesidad de vender esa casa, y de cambiarse de lugar de vivienda, porque se quiere construir un proyecto X que beneficiará a una cantidad mayor de salvadoreños. Para ello se le ofrece el precio justo por el inmueble y además se tiene un plan en el que quienes viven alli serán reubicados en una zona cercana y donde podrían vivir siempre cerca de sus vecinos, incluso podría conservarse la distribución de la colonia y usted siempre tendría a la par a ese vecina que tanto le genera interés (por las razones que sean). Y que se les pide su opinión al respecto de la propuesta y se le piden alternativas de solución. A mi me suena menos jodido, no se si a usted.

El punto es que ese párrafo hiperutópico que acabo de plantear es un "debería de ser así" que cumplan quienes fueron elegidos para gobernar nuestro país. Un proyecto, de la magnitud que sea, debe siempre consultarse con las personas que se verána fectadas. Claro, lleva tiempo consultar, es menos económico en algunos casos. Pero conlleva la ventaja de que el malestar social se cataliza porque al menos la gente sabía lo que iba a pasar y sintió que al menos se le escuchó decir "vaya pues, ni modo".

El punto es que éstos análisis sólo se llevan a cabo cuando en lugar de primar aspectos económicos se recuerda el primer artículo de nuestra Constitución Política, ese que dice que:
"El Salvador reconoce a la persona humana como el origen y el fin de la actividad del Estado, que está organizado para la consecución de la justicia, de la seguridad jurídica y del bien común."
Y es que la persona humana incluye esos aspectos simbólicos, históricos y sociales. Un objeto es más que un objeto para nosotros, para mi este blog es una forma de proyectar mi voz y para un visitante que vino un día de estos mi blog era "pura mierda" y dejó constancia de ello. Si de verdad se reconoce a la persona humana, se reconoce entonces los multiples factores que actúan en ella, y por tanto las acciones que se desarrollen buscarán afectar de manera positiva todos esos factores; más aún si ése Estado tiene como lema ser "un gobierno con sentido humano".

Pero parece que una vez más no es el caso. Probalbemente a muchos éstos nos sea indiferente o quizás pensemos unpoquito como el adalid de la cordura, la tolerancia y el respeto que escribe editoriales en el Diario de Hoy (si no lo han notado, me cae muy bien este individuo, me cae bien justo como patada en las gónadas). No creo que la gente salga a asolearse agitando una pancarta y gritándole a los carros que pasan indiferentes por la calle solo porque no tienen nada qué hacer. Yo no lo haría, a menos que tuviese una razón que me pareciera justa.

Y me parece justa, más que justa la razon de esa gente que salió hablando en esa radio contando de que protestaban para ver si lograban hacer algo. Me parece justa cuando cuando me ¿pregunto y si eso me pasara a mi? y me trato de poner en los zapatos de ésas personas que salen a interrumpir el tráfico, creyendo que con su gesto les van a hacer caso quienes mandan a coaccionarles a vender sus pedacitos de tierra; es@s que creen que con ese gesto les van a hacer caso y van a ver la tragedia que supone para cada uno perder una tierra que es mas que tierra y una comunidad que es más que un grupo de gente.


Bien dice el lema de la gestalt, el todo no es igual a la suma de sus partes.



Brillen, loc@s diamantes.
Saludos



Vic


P.D.: Todas las fotos son mías. Hay más fotos acá.

1 comentario:

elespectadoruc dijo...

hola estimado,me llamo Erick soy de Chile y en el sur del país pretenden construir centarles hidroeléctricas. No es que suponga que suceda lo mismo que en tu país,es mas,creo que así será. Y es una pena,porque se destruirán zonas bellísimas,habrá desplazamiento de gente,fauna,etc. Te dejo mi blog,por si puedes hecharle una mirada...lo creé hace poco.Espero estes bien al igual que toda tu gente por allá.

http://espectadoruc.blogspot.com/
P.D: este es mi correo, Unband_78@hotmail.com