Recuento y reencuentros. Y unos poemas. Para variar.

Me ha dado hueva postear, no por falta de temas, que siempre habrá alguna que otra cosa. El hecho es que la política y los acontecimientos del país me hartan a ratos, pese a que me interesan. Es una de las tantas paradojas de mi vida. Le decía a don Carlos un día de éstos que por días me desconecto de las noticias del país porque si no voy a acabar con una perenne depresión. Creo que es necesario salirte con cierta frecuencia de la vorágine de acontecimientos y verlos con cierta distancia para no perder la perspectiva, para noser arrastrado por ellos. Si los veleros en que venia Colón no hubieran tenido un vigía al que se le escuchaba de cuando en cuando, no hubieran atinado a que estaban cerca de una playa. Así lo veo.

Desde esa distancia, que tambien ha abarcado mi actividad bloguística, noto que últimamente he venido solo a quejarme (como hoy tambien, por ejemplo) antes que a traer algo de vida, algo que refresque la realidad aunque sea escatológicamente como lo he hecho antes. Pero he andado medio desangelado, aunque en el trato personal ando con frecuencia - parafraseando al filósofo popular mexicano Polo Polo - "picudo" (mentalmente muy ágil, para hacer bromas y cosas por el estilo).

Fuera de la tristeza de la muerte de la Kiarita, han ocurrido cosas interesantes en éstos días. La mas bonita de ellas es que la venida de una amiga que vive en los EEUU, me trajo además de un abrazo real de su parte (a ella la conocí vía internet) la oportunidad de reencontrarme con dos aspectos de mí que habia dejado aparcados por las circunstancias. Me explico a continuación.

Con ciertas personas logro cierto nivel de conexión que me lleva a alojarles de manera más especial en el corazón, Silvia es una de esas personas. Con la gente con quien tengo esa profundidad de amistad, suelo ser más expresivo, suelo dejarme más en la amistad. Y cuando tengo la oportunidad, tengo algún detalle, doy algún recuerdo que puedan tener pero que para mi tiene un significado especial porque es algo mío que yo entrego con plena consciencia de su valor emocional y lo hago saber a esta otra persona. Tenía ratos de no tener un detalle con alguien, de dar algo mío. Ese es el primer aspecto que reapareció.

Lo que elegí para darle a Silvia para que se llevara consigo, fue una selección de algunas de esas cosas que intento escribir y que doy a llamar poemas (antes de que me caiga algún regaño técnico, ya que pondré alguno al final). Los elegí y bueno, el proceso de selección me hizo reencontrarme con esa pasión que esta un poco oxidada, pero que siempre resuena en mi.
Ese es el otro aspecto. Me dieron ganas de volver a leer poesía y no he tenido ganas de desenfundar la pluma porque no se me ha ocurrido nada, pero digamos que esa tecla ya sono otra vez. Algún día aparecerá algo que despierte escribir fuera de este lugar de largos posts.

Laboralmente sigo en las mismas, buscando, con esperanzas de no tener que ceder a agarrar cualquier cosa que venga, ya que parece que las oportunidades en mis áreas de interés están escasas. Y más allá de eso, sin contactos, soy un curriculum más en la pila. Así son las cosas por acá, pero no pierdo la esperanza. Soy un poco terco en ese sentido.

Bien, me despido y les deseo una feliz semana. Abajo les comparto algo de lo que le dí a Silvia. Le voy a perder miedo a la crítica.

Brillen, aún si parece que nadie ve su luz.


Victor

Llamar la atención
(aplíquese donde sea)

Acá,
bien paso por fantasma
aún cuando
ocupo más espacio
que un par de gentes abrazadas.

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De la nube
te tomarás la libertad
de escupir en la cornisa
donde mi cabeza recién labrada
sirve para espantar murciélagos
y atraer a los pájaros
que se paran en mi oreja
gritando las voces del mundo
desde la orilla del viento

me darás vueltas
soltando la piedad que no tuviste
y me lanzarás un petardo en el ojo izquierdo
para recordarme el estallido de magia de tu palabra

me tirarás de la retina
para recordarme que siempre te vi desde lo profundo
y te detendrás a comer mi boca
y lo que queda de mi
para acordarme de que conmigo comías mierda.

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hacer el ejercicio
de la vida y
salir desperdigado

tomarme el café
viendo la pareja en la esquina oscura
una pareja disfrutando con fruición
los elogios de las caricias
mientras furtivo
alguien atisba por la ventana
y piensa en los conejos

la almohada sucia
tonel donde reposan los sueños
perversamente espera
para hacer ósmosis
y llevarte a recordar
el estancamiento
la desidia

una hormiga grande
sale de entre las páginas
mientras ella duerme
no descubierta por sus ojos
pero metamorfoseada
por todas las palabras
que dejó caer el destino,
la poesía.

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Pensarte ahora
cuando asalto la página
es más peligroso
que fumar
en una cohetería artesanal.

La combinación:
imaginarios mundos,
tus ojos
y la página vacía
es más peligrosa para mí
que para ti, seguro.

En todo caso,
estarás en casa
sin pensarme.

Yo,
dibujo ansiedades
en letra de carta.

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Ayer me he soñado desnudo
como serpiente de mediodía
he descendido a quemar
el último aliento de las mariposas
he dicho sea la espina
y has aparecido
enconada en el castillo de nube

diosa de altar móvil
refractada en mis tinieblas
insistiendo en drenar mis pálidos temores
a la mágica nada de tu recuerdo

reiterativa te me has vuelto
como ese tum tum indeseado
que se me revuelve en el pecho

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De repente
mi espalda se siente tan vacía
como la taberna que visito
cada cuatro mediodías.

Deidre me rasca la espalda por las noches
me quita la piel,
las escamas de grasa y las costillas
y con su cabello de cuentagotas
remueve las pulgas y el alquitrán de mis pulmones.

Ella no sabe
que el altar que le hice
es para la esperanza de vida
(uno pone en altar
aquello en que sueña no convertirse)
y que el sahumerio de orégano
disimula el olor a muerte de sus senos.

Que nadie diga nada
no impide que yo le ame tanto
como se aman las garrapatas y los sapos.

Ya puede venir
a romper mis médulas
no queda un huerto en estas monedas.

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HAIKU 1

Las puertas cada
vez son más oscuras
y tengo frío