domingo, 4 de noviembre de 2007

Dos de noviembre, el cierre inconcluso de los familiares de desaparecidos.

El dos de noviembre se dedica un día para recordar a quienes nos antecedieron en el tránsito hacia la no vida. Quienes son un recuerdo en nuestra psique, una influencia talvez no evidente en lo que somos aquí y ahora, son recordados de manera especial por quienes profesamos la fe católica en ese día. Por la influencia de la misma religión, este día se da asueto en nuestro país y muchos van a los cementerios a dejar una ofrenda floral en memoria de esos seres queridos. Cada familia, cada pueblo tendrá su tradición al respecto -los que practican dicha tradición, claro -. En mi familia vamos todos a enflorar, hacemos una oración por el alma de ellos, los que ya se fueron, y sirve también como un momento de encuentro con amigos del pueblo a quienes tienen tiempo de no verse. La flores bien se compran, frescas o artificiales, bien se fabrican, de papel coloreado y encerado. Se cortan flores de las que hay en casa, se preparan los arreglos que se llevarán a cada tumba. Se da un espacio para la memoria. Acá están algunas imágenes que tomé de este día, todas con algún retoque para resaltar algo que yo vi en ese momento.

Encuentro


A espaldas, los recuerdos


Chema


Adonde van...

Si bien cada imagen resalta algo, como el encuentro en la primera foto, los recuerdos compartidos de la segunda, la certeza de que algún día será uno mismo a quien le dejarán flores, o la vida que se mueve en medio de la muerte en la última foto; algo me deja esa fecha: la certeza de que el vincularnos a esas personas que nos dejaron en éste mundo loco, damos una especie de continuidad a lo que ellos en vida hicieron. En otros sentidos quizá, pero la vida se extiende más allá de la simple desaparición física. El espacio del dos de noviembre sirve para darnos un día bisagra para vincularnos a ese pasado nuestro y amarrarlo con el presente para seguir adelante.
Esto me lleva a dejar otra reflexión corta, mas a nivel social, y es acerca de quienes tienen parientes, seres queridos que una vez salieron de casa bien por sus medios o bien forzados a punta de goles y y cañones para no volver nunca más, ni siquiera en forma de dolorosa noticia. Hablo de los familiares de los desaparecidos, quienes se conformarían con saber que su pariente o amigo esta fundido con la tierra, en algún lugar adonde puede irse a vincular al menos por un día, con el símbolo perecedero de unas flores (cuya vida es tan efímera como la nuestra), con su recuerdo. El dolor de quienes no tienen la certeza de que su pariente esté deambulando por las calles, o si yace en algún lugar, sin que nadie pueda decir: "acá está fulanito de tal, el era una persona bien buena gente, algo enojado a veces pero tenia un gran corazón."

En psicología se habla de un concepto llamado "la Ley del cierre", que básicamente indica que nuestra mente añade los elementos faltantes para completar una figura, es una ley de la percepción y el mejor ejemplo es quizá el visual. En la figura de abajo podemos ver tres cuadros, pues nuestra percepción une los extremos de los corchetes con una línea imaginaria, y da la sensación de que "se completa" la figura.



Esta ley de la gestalt* se extrapola a otras áreas de la vida. Para el caso de las personas desaparecidas, el saber que el pariente que desapareció hace tantos años yace en una fosa común en un lugar x del país brinda la oportunidad de trazar esa línea imaginaria que facilita que la persona diera cierre a ese capítulo de la vida, y asi poder continuar de manera integral con su vida. La ausencia de ese cierre provoca una grave angustia, la incertidumbre es algo que muy pocas personas toleran, y si lo hacen no será por mucho tiempo. Imagínese ahora vivir en la incerteza durante veinte años o más. Y más aún, saber que pudiera encontrarse una verdad que permitiera dar un cierre simbólico al menos, pero que la oportunidad de conocer esa verdad es sistemáticamente negada y se cierra arguyendo que es mejor dejar atrás lo ocurrido.

Ese aspecto de la vida es un cierre inconcluso, en la vida de esas personas, de quienes las rodean, es un capitulo triste que no se ha cerrado en la historia de la sociedad donde están inmersas. Los familiares de desaparecidos estan allí con sus vidas detenidas por la necedad de quienes no se atreven a responsabilizarse de aquello que favorecieron directa o indirectamente. Lo peor para ellos, que buscan que esos hechos queden en el olvido es que al negársele a las personas la oportunidad de hacer ese cierre, queriendo imponer el olvido a fuerza de una ley absurda, dejan ese capítulo abierto no sólo en esas personas si no en la sociedad en que ellas se desenvuelven. La medicina con que quieren cerrar a fuerza las heridas del pasado facilita que éstas sigan abiertas. Mal por ellos, y peor para aquellos que siguen siendo victimizados por una clase política que pregona tener sentido humano, estar del lado del pueblo y de sus necesidades, pero que en la realidad son incapaces de responsabilizarse de la historia que propiciaron y que siguen deformando por su temor verse responsables de actos que les desautorizan, moralmente al menos, del ejercer del poder y los beneficios que ello acarrea.
Hasta aca la reflexión, les deseo que tengan una excelente semana. Brillen pues, mis loc@s y gestálticos diamantes.

Victor


* La psicología de la gestalt va más allá de los aspectos expresados en el artículo al que hago enlace, existe también una escuela de terapia, la Terapia Gestalt o Gestáltica, que es todo un mundo en sí mismo y hacia el que me siento muy afín. Un par de buenos articulos al respecto los encuentran acá: "¿Que es terapia gestalt? y acá: "Terapia Gestalt: Conceptos principios y técnicas".

2 comentarios:

Raúl Marín dijo...

Triste, pero las cosas se supone que deben y van a cambiar, no? Sino para que seguir luchando... Desde donde le toque a cada quien... Saludos.

Mariocopinol dijo...

vaya para q te hagas famoso

http://copinapitli.blogspot.com/2007/11/meme-musical.html